Denuncian otra muerte en manos de irregulares en Bahía Portete
Texto: Yesenia Rincón Castellano
Periodico: Panorama de Venezuela.
Una vocera de la comunidad de desplazados de la zona de la Alta Guajira realizó el comunicado. Las tres víctimas son de una misma familia y parientes del clan Uriana, atacados en la masacre del 18 de abril de 2004.
Bahía Portete, poblado de la Alta Guajira colombiana donde sus antiguos moradores desplazados a varias zonas de Colombia y Maracaibo, llevan en los ojos la masacre ocurrida 18 de abril de 2004 por ataques de un grupo de paramilitares, ahora denuncian que hace cuatro días una nueva incursión de irregulares en su territorio generó la muerte de un indígena wayuu, un herido y un desaparecido.
Así lo divulgó Debora Barros, líder de la comunidad de desplazados de Bahía Portete, en un llamado que denominó “acción urgente a la comunidad nacional e internacional”, vía correo electrónico a los medios de comunicación fronterizos.
La dirigente comunitaria precisó ayer que fue el pasado 23 de noviembre cuando Chichi Epinayú, de 35 años, fue asesinado; Julián Epinayú, de 68 años, fue secuestrado; y Masparray Epinayú, logró sobrevivir al ataque, pero resultó gravemente herido por armas de fuego.
Las tres víctimas son de la misma familia y parientes del clan Uriana, que fueron víctimas agredidos durante los hechos del año 2004, donde según cifras de la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic) hubo 12 personas asesinadas y 30 desaparecidos, pese a que la Fiscalía de Colombia sólo encontró tres cadáveres.
La vocera de los desplazados atribuyó el ataque al grupo paramilitar Contrainsurgencia Wayuu al mando de un hombre de alias “Pablo”.
“Una vez más nos damos cuenta que todas esas historias que nos pintan las autoridades del Estado (colombiano) acerca de un retorno para nuestras tierras ancestrales están muy lejos de hacerse realidad, debido a que no existe garantía alguna para nuestra comunidad”, dijo con preocupación la mujer.
Sobre los nuevos acontecimientos, Norah Strauton, representante en el Zulia del Alto Comisionado para las Naciones Unidas (Acnur) desconoció la situación y se comprometió a investigar.
Retorno
Deborah Barros insistió que, con el nuevo hecho de violencia, se hace imposible que los ciudadanos en tránsito vuelvan a Bahía Portete.
Desde el 22 de agosto de 2004 el Gobierno colombiano anunció el retorno de 750 indígenas de las comunidades de Bahía Portete, Sucaramana, Bahía Hondita y Bahía Honda, porque tendrían las garantías de seguridad brindadas. Pero sólo unas 600 personas regresaron y más de mil emigraron.
La Onic reporta que a Uribia, que queda a una hora de la bahía, llegaron 298 desplazados. En Maicao estuvieron 284 paisanos y a la parroquia Idelfonso Vásquez, del noroeste de Maracaibo arribaron 313 del clan Uriana y Epinayuu, según la Cruz Roja venezolana.
En la página web de un medio radial de la zona, Radio Indymedia, se reporta el nuevo hecho de violencia y citan a “voceros policiales” que atribuyen la matanza del año 2004 a que quisieron sacar a los wayuu de su territorio para apoderarse de las rutas estratégicas para el tráfico de drogas, armas y otros negocios ilegales como el contrabando de gasolina.
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