viernes, 27 de julio de 2007

EL OPERATIVO LLUVIA EN EL DESIERTO

En operativos cumplidos en el departamento de La Guajira
El CTI arrestó a ocho personas en Riohacha y Maicao
El Informador
mensajes@el-informador.com


Riohacha En una operación simultanea en dos ciudades de La Guajira, el CTI de la Fiscalía General de la Nación, capturó a 8 personas, sindicadas de los delitos de concierto para delinquir y tráfico de estupefacientes, así lo indicó Pedro Miguel Peinado, director del Cti en La Guajira. Las personas apresadas fueron identificadas como: Anin Antonio Escobar González, Walter Enrique Núñez Pérez, Guillermo Gutiérrez Duran, Ender Frank Pérez Martínez, Daniel Enrique Machado Gutiérrez, Emiro Edilberto Suárez Renald, Gineth Gómez Borrego y Ever Emilio Escudero Pimienta. La operación que se realizó en la península duró dos días se llamó ‘Lluvia en el desierto’, y los investigadores realizaron 11 allanamientos en Maicao y 2 en Riohacha. Se conoció también que realizaron varios allanamientos en los departamentos de Sucre, Magdalena, Cesar, Atlántico y Bolívar. Según el director del Cti los sindicados enviaban droga a las islas de Aruba y Curasao en pequeñas cantidades, para tratar de ser descubiertos. Finalmente el funcionario aseveró “A los sindicados les fueron incautados 6 vehículos, 51 millones de pesos en efectivo, 85 millones en cheques y 4 armas de corto alcance, 2 armas largas y 8 kilos de cocaína”. El proceso está a cargo de un Fiscal Especializado 002 de la ciudad de Bogotá; quien venia estudiando el caso desde hacía 2 años, cuando comenzó a recibir insumos sobre la investigación. En la operación participaron más de 40 miembros especialmente traídos de la capital del país. Por otra parte se conoció extraoficialmente que los capturados serian trasladados a la ciudad de Bogotá.

viernes, 20 de julio de 2007

Allanan casa y roban computador de la Representante Indígena Wayuú Orsinia Polanco

Oficina de Prensa de Orsinia Polanco

Actualidad Etnica, Bogotá, julio 19 de 2007. Con gran preocupación e indignación la representante por los pueblos indígenas Orsinia Patricia Polanco Jusayú denuncia ante los medios de comunicación y la opinión publica e internacional la entrada de delincuentes a su casa que hurtaron su computador personal, en el cual se encontraban registradas graves investigaciones, nombres y direcciones sobre informes relacionados con situaciones de extrema gravedad que han venido presentándose en el departamento de la Guajira contra las comunidades indígenas.

Es de resaltar que a pesar que existía dinero y otros objetos de valor en su residencia estos no fueron sustraídos.

Exigimos a los organismos de seguridad del estado que garanticen la integridad física de la congresista y se adopten medidas inmediatas e investigaciones que arrojen resultados concretos pues esta es la segunda vez que le ha sido hurtado el computador personal a la representante Orsinia Patricia Polanco Jusayú.

El papel que desempeña la congresista Orsinia Patricia Polanco Jusayú como la primera mujer indígena en ocupar un puesto en el congreso de la republica, es una responsabilidad fundamental en el propósito de la consolidación de la democracia en el marco de un estado social de derecho.

La correspondencia fue enviada a la Fiscalía General de la Nación, la Presidencia y la Vicepresidencia de la República, al Ministerio del interior y a los demás organismos de seguridad del Estado Colombiano.

martes, 10 de julio de 2007

VICTAMAS DE LA GUAJIRA BUSCA LA VERDAD EN LA AUDIENCIA DE JORGE 40.

El 9 de julio del 2007, termino la primera parte de la versión libre de Rodrigo Tovar pupo alias “jorge 40” donde el a expresado que no lo llamen paramilitar por que el es un combatiente por su patria y que todas las personas que el autorizo para que asesinaran eran guerrillero, informante, colaboradores o por malas informaciones y que todo aquel que hacia parte de eso eran sus enemigos y que las masacres ocurridas no eran como tal, si no guerra de dominio o sea un combate de guerra y que el había entrenado soldados y les dio la orden para tomar el dominio en los lugares estratégicos para sus actividades tenían que hacer cualquier cosa sin importarles lo que fuera, esa es la versión de jorge 40 para disimular acciones criminales manifestando que todos los crímenes cometidos según el hacia personas que supuestamente integraban grupos guerrilleros.
Sus expresiones hacia nosotros como victimas no fueron las mejores, pero que se podía esperar de un asesino, sicario, terrorista.
Burlando e irrespetando el dolor de uno como familia, como victima desapariciones y masacre.

Ayer las familias de las victimas escuchamos cuando se nombraron muchos casos de masacre que en total fueron 83 y entre esos casos están.
La 1 de febrero del 2004 en puerto nuevo.

La 18 de abril de 2004 en las cuales nombraron a las victimas como ROSA FINCE URIANA, ALBERTO EVERTS FINCE, ROLAN FINCE EVERTS, MARGOTH EPINAYU, RUBEN EPINAYU, Y LA DESAPARICION DE DIANA FINCE URIANA Y REINA FINCE PUSHAINA (niña menor de 14 años)

Con el dolor que nos embarga pero la fuerza de nuestros muertos nos dio la valentía para observar como jorge 40 declaraba tantos crímenes, masacres, desapariciones, desplazamiento, torturas, genocidios, pero la impunidad de estos hechos es clara,
Se le formularon varias preguntas como:

1. por que se dio la masacre del 18 de abril del 2004 en bahía portete.
2. Que diga donde se encuentra los cuerpos de DIANA FINCE URIANA Y REINA FINCE PUSHAINA.

3. Que cuales eran sus objetivos al hacer que se diera un desplazamiento y asesinando a personas indefensas.

4. Que organismo del estado le colaboraban en Guajira.

5. El Cerrejón financiaba sus actividades en la guajira.

6. Diga cual era la relacion con JOSE MARIA BARROS IPUANA alias “ chema bala “ y que otros comandante tenia a su cargo señalarlos con sus nombres propios y sus alias.

7. Que autoridades Administrativa le colaboraban o le colaboran.
la próxima audiencia será el 21 de agosto del 2007 en el cual dará respuesta a estas pregunta y muchas mas hechas por los familiares de las victimas.

Esperemos que jorge 40 tenga la valentía de responder con la verdad estas preguntas así como tuvo el coraje de ordenar con premeditación, calculo y sangre fría masacres y que no lede medio delatar a sus cómplices sin importar la consecuencia que esto le pueda acarrear así como a nosotros no nos dio miedo denunciar estos crímenes de lesa humanidad.

DEBORA BARROS FINCE.

LAS DENUNCIAS CONSTANTE DE LOS PUEBLOS DE LA COSTA NORTE DE COLOMBIA.

Según el informe de amnistía internacional de 2007. Más de 45 miembros de comunidades indígenas murieron de forma violenta en la primera mitad de 2006.

Lamento indígena

En Colombia, la situación de la población indígena es una historia de sobrevivientes, entre el fuego cruzado de los actores armados, el envenenamiento de sus cultivos y el destierro.

Por César ParedesFecha: 07/09/2007 -

Ya no cantan las gestas de sus valerosos guerreros míticos. Sus ancestros les fueron arrancados del recuerdo. El sonido de su canto es un lamento. Los hijos de la tierra y el maíz son obligados a esconderse, al destierro o a la extinción. Despojados de sus raíces, parece que la agresión de La Conquista, aún no termina para ellos. Actualmente hay 1.738.884 indígenas repartidos en 84 grupos étnicos del país. Son una minoría que representa el 3.4% de la población colombiana, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Esta población se ubica en el área rural del país, en los resguardos indígenas legalmente constituidos, en las parcialidades indígenas o en territorios no delimitados legalmente. A pesar de su proceso de organización que lleva veinte años, hoy tienen que enfrentar en sus territorios la presencia constante de actores armados, lo que ha terminado en desplazamientos forzados, confinamientos y violaciones constantes de los Derechos Humanos. Así lo expresó Alberto Áchita, miembro de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC):

Según el Observatorio de Derechos Humanos y DIH de la Vicepresidencia de la República, entre 2000 y junio de 2005 fueron asesinados 253 indígenas en la Sierra Nevada de Santa Marta.

Los indígenas en Colombia, constantemente, se ven presionados a dejar sus tierras debido al conflicto armado.
“Eso es por causa del narcotráfico porque los actores armados están donde hay cultivos ilícitos. Por eso hay desplazamientos en varias comunidades del país. Ahora tenemos el problema de la Ley de Desarrollo Rural, porque facilita la expropiación de nuestras tierras y de recursos vitales de nuestras comunidades”. Esto contrasta con el hecho de que en la versión libre que rindió entre el 5 y 8 de junio, el ex jefe paramilitar, Hernán Giraldo Serna, fue acompañado por un grupo de indígenas que lo apoyaban. También, con el hecho de que Rodrigo Tovar Pupo, alias “Jorge 40”, hablara de la militancia de comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta en las filas de los paramilitares.
Las organizaciones indígenas calificaron el primer hecho como “un bochornoso espectáculo de manipulación”. Respecto de las declaraciones de Pupo, quedaron indignadas al escuchar que él no recordaba dónde se habían cometido los crímenes y dónde estaban las fosas de los muertos. “Si no se acuerda de sus atrocidades, por qué se acuerda de nosotros”, reclamaron. Las comunidades indígenas en cabeza de sus organizaciones se han declarado, en ejercicio de su autonomía, como neutrales frente al conflicto armado. Un paneo por las diferentes regiones del país permite afirmar que la situación de las comunidades indígenas es una situación de víctimas.

Los espíritus intranquilos.

En la costa norte del país se encuentran varios pueblos indígenas que constantemente han denunciado los vejámenes de los grupos ilegales: Wayúu, Kogui, Arhuaco, Wiwa y Kankuamo. Una de las razones por las que más se han visto violentados es por el señalamiento de auxiliadores, justificación suficiente para convertirse en blancos de la guerra. A pesar de la permanente reivindicación de sus derechos como pueblos autónomos basados en la cultura y las tradiciones propias han sido víctimas de diversos actos de violencia, al ser considerados parte de uno u otro bando. Por esta razón varias comunidades se han visto en la obligación de salir de sus tierras. “Hay desplazados de la etnia Wiwa y Kankuamos en la región. Antes, debido a la llegada de paramilitares y ahora por el temor a la guerrilla que no los deja volver a la tierra” dijo Víctor Loperena, gerente de Dusakawi.

Desplazamiento o “desarraigo” como lo prefiere el sociólogo Alfredo Molano, significa ser despojado de lo propio, abandonar sus costumbres, su lengua, su tierra. La apropiación de sus terrenos tiene una razón de ser: lugares para la explotación de cultivos ilícitos. El saldo: muerte y desplazamiento.

Este es el caso de la “Masacre de Bahía Portete” ocurrida el 18 de abril de 2004. Según la Organización Nacional Indígena de Colombia: el resultado fue: 13 personas asesinadas, 30 desaparecidas y el desplazamiento de más de 300 familias. Sin embargo, tres años después, las investigaciones no arrojan resultados fehacientes sobre los directos responsables. “Ante tanta matanza en esta masacre, los espíritus de los difuntos no están en paz y nosotros tampoco”, dijo una mujer wayúu, sobreviviente de la masacre a la revista en la Internet, Actualidad Étnica.

Según el Observatorio de Derechos Humanos y DIH de la Vicepresidencia de la República, entre 2000 y junio de 2005 fueron asesinados 253 indígenas en la Sierra Nevada de los cuales el 68% eran Kankuamos. Los mayores responsables de estos hechos fueron las autodefensas, autores del 42% de los casos. A la sombra de las Águilas Caminan descalzos sobre el asfalto. Hablan una lengua incomprensible para el citadino. Tienen la mirada temerosa, y con razón. Pero prefieren la dureza de la ciudad a verse atravesados por las balas. Los indígenas en Antioquia no escapan a la guerra por territorios. Sin embargo, han aprendido a través del tiempo a organizarse y tratar de afrontar su situación. “Yo diría que no ha mejorado el conflicto sino la capacidad de la gente de enfrentar eso”, dijo Aida Suárez, quien es parte del comité ejecutivo de la Organización Indígena de Antioquia (OIA). Así define la manera en que a través de la organización han tenido que diligenciar programas de fortalecimiento al interior de las comunidades para enfrentar el conflicto. Según Suárez, hay zonas en Antioquia y el Bajo Cauca que en este momento sufren la reacomodación de los grupos armados, entre ellos el de Mutatá, en el Urabá. Desde hace un mes hay un grupo de emberaes catíos desplazado, que está en la ciudad de Medellín. Ahora se adelanta un proceso de retorno organizado por la OIA. Sin embargo, hay mucho temor por parte de los indígenas para volver a sus tierras. En la región del Atrato, Vigía del Fuerte y Murindó, los grupos indígenas han recibido amenazas. “Esta vez se trata de la retoma de la guerrilla. Se han presentado casos donde intimidan a la población sin permitirles entrar y salir libremente de sus territorios. Los coaccionan, les roban sus botes y animales, presencian sus reuniones y les advierten que deben estar listos para un desalojo porque van a retomar su territorio”, aseguró Suárez. A esto se suma la aparición de las Águilas Negras, grupo paramilitar, que busca retomar el control perdido en el proceso de desmovilización y reanudar actividades del narcotráfico en varios departamentos del país. Este grupo ha llegado a establecerse en lo que sería un corredor para el tráfico de drogas. Otra vez, los indígenas hacen parte del listado de víctimas en una de las tierras más ricas en biodiversidad y recursos naturales: “Se supone que hay una desmovilización, pero aparecen otros grupos que se denominan Águilas Negras, que no se sabe quiénes son ni que hacen pero siguen haciendo control en las comunidades. Son desmovilizados que se dicen llamar así pero no tienen una cabeza visible con quien interlocutar”, agregó Suárez. La Pachamama Poco a poco la Madre Tierra se está muriendo. Lo que fuera un paisaje cargado de símbolos míticos: fauna y flora en armonía con el hombre, se ha ido transformando en una suerte de recuerdo. El mangle ha ido desapareciendo. El manatí en las zonas de Urabá, casi es un mito. Los bosques se tornan en amplios campos de cultivos ilícitos o de explotación maderera. Ocurre lo propio en la amazonía colombiana y la Sierra Nevada de Santa Marta, sitios donde los jaibanás, chamanes y sailas conjugaban sus saberes con la vida. Según la WWF Adena, en Colombia se ha perdido el 30 % de los bosques nativos que en un tiempo cubrían el 80 % del territorio nacional. El 40% del bosque que queda se sitúa en territorios afrocolombianos e indígenas. Algunas de estas comunidades se ven atraídas a utilizar sus tierras para la siembra de coca, amapola y marihuana. Otras son obligadas. En las zonas donde ha llegado la fuerza pública a erradicar los cultivos ilícitos, varias comunidades han manifestado su inconformismo con la fumigación. A pesar de que en 2002, la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC) ganó una tutela interpuesta al gobierno con la cual se dio un paro a las fumigaciones por un tiempo, pronto fue revisado el fallo y se reanudaron las fumigaciones. “La fumigación, aunque ha disminuido mucho en los últimos meses, es un tema transversal a todas la población indígenas. El procedimiento que ha utilizado la policía antinarcóticos para arrasar con estos cultivos ha sido muy agresivo”, dijo Ramiro Muñoz Macanilla, presidente de la OPIAC. Según Macanilla, las fumigaciones con glifosato también recaen en los cultivos de consumo y eso reduce las posibilidades alimentarias. A eso se suman las retaliaciones de los grupos armados al servicio del narcotráfico, lo que obliga a las comunidades indígenas a abandonar sus territorios. Poco a poco los guardianes de los bosques se ven replegados en un juego de intereses en el que algunas comunidades como los Nukak Maku o los Coreguaje, están al borde de la extinción.

La división de Asuntos Indígenas del Ministerio del Interior registra un total de 710 resguardos en el territorio nacional, con una extensión aproximada de 34 millones de hectáreas (29.8% del territorio colombiano). A pesar de ser una minoría son los dueños de una buena parte del territorio. Sin embargo, ellos consideran que el Estatuto para el Desarrollo Rural, aprobado el pasado 13 de junio afectará el saneamiento de sus resguardos y favorecerá la apropiación de territorio por parte de grandes industrias y narcotraficantes: “La situación de los indígenas se agrava. Si no hay saneamiento de resguardos, los territorios ni cumplirán funciones ecológicas ni cumplirán funciones sociales, y tendremos que compartir nuestros territorios con un agente violento que todo lo resuelve a plomo”, aseveró Áchita

articulo Revista Cambio.com

BUSCAN A VICENTE CASTAÑO EN LA ALTA GUAJIRA, DESIERTO WAYUU

En operativos del CTI y el Ejército Nacional
Buscan a Vicente Castaño en la Alta Guajira
El Informador
mensajes@el-informador.com

Riohacha, Una comisión de 31 hombres del CTI y el Ejército Nacional se desplazaron a este departamento con el fin de verificar la presencia del comandante paramilitar, José Vicente Castaño Gil. Según se conoció por espacio de cuatro días las autoridades se trasladaron a cerca de 20 rancherías y a través de registros voluntarios se cumplieron los operativos. Los representantes de los cuerpos de seguridad del Estado visitaron poblaciones como Nazareth, Puerto Estrella y parajes inhóspitos de la geografía del departamento acompañados de traductores que facilitaron la comunicación entre las autoridades colombianas y los indígenas de la región. “Fue un operativo verificación y registro de rutina” dijo ha este medio de comunicación, el director del CTI en La Guajira Pedro Miguel Peinado. El funcionario aseguró que en los diálogos con representantes de la comunidad, dijeron no conocer personalmente a Vicente Castaño. Al preguntarle por la presencia de grupos irregulares como guerrilla o paramilitares Peinado dijo que “solo se quejaron del accionar de personas armadas al parecer contrabandistas que protagonizan grandes parrandas, acompañadas de disparos al aire y perturban la tranquilidad de la zona”. Dijo el Director del CTI que sobresalió la colaboración de la ciudadanía. “Muchas personas aplaudieron nuestra presencia y aprovecharon la oportunidad para solicitar con mas frecuencia estos operativos” aseguró el director del CTI en esta parte del país. Como se recordará la denuncia de la presencia de Castaño Gil en territorio guajiro fue formulada por la revista Cambio en un articulo titulado “Duro de Atrapar”. La nota periodística confirmaba que el jefe paramilitar Castaño Gil se desplazaba libremente por el departamento de La Guajira. Días después, el periódico El Nuevo Herald de Miami afirmó en un escrito titulado “Vicente Castaño crea escuadrones de la muerte desde La Guajira”, que “fuentes de inteligencia citan versiones de informantes según las cuales Vicente Castaño se encuentra asentado en la zona montañosa de La Macuira : «Castaño, dijeron, se mueve allí entre los cerros de Cajara y Cojoro, lo que en parte se deduce por las formas de las rocas que se alcanzan a ver en las fotografías». Otro análisis de este medio de comunicación norteamericano sugiere que “Castaño frecuenta más bien la región de Palomino y que suele trasladarse a Venezuela, donde mantiene ejércitos paramilitares de retaguardia y rutas abiertas del narcotráfico”. El periódico insiste en que ‘’es muy raro -dice el texto- que Vicente pueda moverse con la cantidad de escoltas que tiene y que la Policía ni el Ejército no registren sus movimientos’’, con lo que sugiere complicidad con la fuerza pública. Otra de las autoridades de La Guajira que se pronunció sobre el tema fue el Comandante de Policía, coronel Carlos Alberto Suzunaga Chinchía. El alto oficial indicó que “estaban realizando algunas actividades de inteligencia e investigativas para corroborar las afirmaciones que se están haciendo” Suzunaga Chinchía, dijo que algunas de las situaciones especiales sobre el tema fueron esbozadas ante los medios de comunicación del país por el director Nacional de la Policía, brigadier General Oscar Naranjo Trujillo.