jueves, 21 de febrero de 2013

LIDEREZA, LUCHADORA, GUERRERA, MUJER, MADRE Y COMPAÑERA

Angelica no sabes el vacio que dejas compañera, tu lucha incansable por defender los derechos de las mujeres de todo tipo de violencia y uno tan algido tan fuerte como es el caso de violencia sexual que marco tu vida y la de muchas mujeres en el pais, solo tu con tu fuerza y ejemplo rompiste el silencio del dolor y trauma en cada unas de muchas mujeres que por el miedo, pena y venguenza de estigmatizada estan en el anonimato. hoy quedamos confundidas por esa desicion que te alejo de nosotras partiendo a otra vida diferente donde desde haya solo pedimos que haya justicia, que tu voz llegue a muchos lugares para seguir defendiendo los derechos de la mujer en colombia. seguiremos tejiendo la palabra buscando que nuestras peticiones sehan escuchadas por todos hasta pronto amiga. mutepaaz.

Mensaje de la Directora de la Unidad sobre la muerte de Angélica Bello

Esta mañana nos recibió con una noticia trágica: la muerte de Angélica Bello. Tristeza, impotencia, miles de preguntas, imágenes de encuentros recientes, recorren mi corazón. Por eso, estas palabras parten del dolor, pero también de todo aquello que Angélica representaba para mí y para muchas otras personas en este país aquejado aún por tantas violencias. Acaso el recuerdo más reciente es el del pasado Comité Ejecutivo para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, hace apenas un mes. Angélica fue elegida por las propias organizaciones de víctimas como una de sus representantes ante esta instancia. Antes de esa reunión conversé con ella; le dije que no tenía la obligación de hablar de su caso en este espacio, aunque fuera valioso escuchar su testimonio y su lucha de tantos años. Ella replicó, con la convicción y la ternura de la que siempre hacía gala, que tenía claro que si había llegado hasta allí era para hablar de todo ello, y que sabía cómo hacerlo. Y así fue, en efecto. Esa misma valentía que le conocimos en tantos escenarios, esa misma fuerza para hablar no solo a nombre propio sino de tantas mujeres a las que supo escuchar, acompañar y defender, esa convicción de saber que tenía de su lado la verdad y que solo reclamaba que esta pudiera ser acompañada por la justicia, todo ello fue visible cuando intervino en el Comité. El testimonio suyo fue tan impactante que, en la rueda de prensa, el Presidente señaló: “Un aspecto que Angélica trajo a colación en la discusión que tuvimos: La necesidad de fortalecer todo el proceso de la ayuda psicosocial. Y vamos a buscar los mecanismos para ampliar en cantidad y en calidad esa ayuda. Ese es uno de los problemas subestimados y cuya solución también ha sido subestimada. Porque parte de la reparación en los casos de, por ejemplo, las mujeres que han sido víctimas de la violencia sexual, es esa ayuda”. Gracias a la contundencia de Angélica, su propuesta se convirtió en una decisión del Gobierno. Por eso, en diálogo con la propia Angélica, con la Defensoría del Pueblo, con otras defensoras de derechos humanos y con el Ministerio de Justicia, comenzamos a proyectar acciones para la atención psicosocial de mujeres víctimas de acceso carnal violento. En estas semanas dimos pasos importantes para dar inicio a este proyecto, como se lo comentamos a Angélica apenas el viernes pasado. La partida de Angélica nos compromete a avanzar más en esta apuesta, en la cual aún nos falta trabajar mucho. Se lo debo a sus años de lucha y a todo lo que ella representó para muchas personas – me incluyo entre ellas. Se lo debo por esa confianza mutua que empezaba a crecer entre nosotras, al sabernos y reconocernos como parte de una misma lucha. Se lo debo a su convicción y su esperanza. Y se lo debo también a quienes su muerte deja miles de preguntas atravesadas en el corazón, desconcertadas e interpeladas al conocer que esa fortaleza se rompió por el lado más débil. Durante todo el día he recordado la mirada de Angélica. En sus ojos se resumía y expresaba todo aquello que rememoro en estas líneas: su valor, sus convicciones, sus ilusiones, su hermosura. Su mirada me toca, me interpela, me cuestiona. Que esa mirada de esperanza sea la que recordemos y que tengamos la misma valentía e ilusión para llevar esa esperanza a la realidad. Paula Gaviria Febrero 17, 2013