lunes, 30 de enero de 2012

Asesinan a mujer wayuú en Soledad, Atlántico

Lunes, 30 de Enero de 2012 07:30

Idis Elena López Aguilar, de 35 años, fue asesinada por sicarios cuando salió de la casa de su hermano en compañía de su hija de 12 años.

La mujer oriunda de Riohacha, en su intento de huida, cayó al suelo, siendo asesinada de dos impactos de bala. Uno de los proyectiles le impactó la clavícula y el otro, el maxilar derecho. El crimen se registró el fin de semana en el barrio Villa Valentina de Soledad.

Según testigos, la guajira venía caminando con su hija rumbo hacía la avenida principal para tomar un bus, pero en el trayecto se percató que un sujeto armado venía hacía ella. Sin pensarlo, corrió para salvar su vida, pero todo fue en vano. Su hija infortunadamente vio cómo el asesino le quitó la vida a su madre sin contemplación alguna.

Quienes presenciaron los hechos señalaron que el criminal disparó en cuatro oportunidades: tres en contra de Idis y uno al aire para abrirse camino entre la multitud que intentó atraparlo. El hombre corrió y se montó en una motocicleta que lo estaba esperando en la esquina.

Idis López acababa de salir de la casa de su hermano Alcibíades López Aguilar, a quien estaba visitando. Fue él quien manifestó que no sabe qué razones tenían para matarla, puesto que no sabía de amenazas contra su vida.

La víctima era madre de tres hijos de 12, 14 y 15 años. Era soltera y actualmente se dedicaba a la venta de mercancía que traía desde Maicao a Granabastos y a su cargo de auxiliar contable.
Las autoridades descartaron que la hayan matado por atracarla, puesto que tenía todas sus pertenencias.
Luego del asesinato de la mujer wayuú, sus familiares revelaron ayer que creen que el objetivo del criminal no era ella, sino su hija de 12 años, quien hace 15 días fue testigo de un robo en su propia casa.
Edgardo Pimienta Aguilar, tío de la hoy occisa, aseguró que el sujeto que asesinó a su sobrina venía era a matar a la pequeña para que no lo reconociera por lo del hurto.
Esta hipótesis del crimen señala que el criminal llegó armado a la casa de sus víctimas y preguntó por la menor.
Idis se percató de que el hombre estaba armado y lo increpó, empezando a forcejear con él.
“Los vecinos nos dicen que ella salió de la casa bregando con un hombre y que cuando estaban en la calle, éste le disparó”, relató el tío de Idis.
Idis era la tercera de cuatro hijos y su padre era Alcibiades Servando López Pulido, más conocido en La Guajira como ‘Chijo’ López.
Hace siete años, la guajira trabajaba como auxiliar de contabilidad en la empresa de Transporte La Costeña y alternaba esta labor trayendo mercancía.
http://www.diariodelnorte.net/judiciales/regionales/12556-asesinan-a-mujer-wayuu-en-soledad-atlantico.html

lunes, 23 de enero de 2012

Asociación Wayuú Araurayu radicó propuesta de autonomía educativa

Lunes, 23 de Enero de 2012 08:30 Acogiendo los preceptos legales del Decreto 2500 de 2010, la asociación de jefes familiares wayuú de la Alta Guajira, Wayuú Araurayu, radicó la propuesta de autonomía para el manejo de la educación contratada en los establecimientos etnoeducativos del norte de Uribia. En ese sentido, los directivos de la asociación manifestaron que con este hecho le reiteran a la Administración Municipal la voluntad de las autoridades tradicionales para que se aplique este decreto, proceso en el que han luchado arduamente los indígenas del país. “Solo le pedimos al alcalde de Uribia y a la secretaria de Educación Municipal que se respete el principio de autonomía del pueblo wayuú a la hora de tomar las decisiones”, puntualizó Rafael Iguarán, representante legal de la asociación. Uno de los puntos neurálgicos en el proceso de la educación contratada radica en la forma extemporánea como se da la contratación de docentes y personal administrativo en todo el Departamento. Por esta razón los directivos de Wayuú Araurayu le solicitaron al alcalde Abel Giacometto Fominaya que tenga en cuenta la experiencia e idoneidad de la asociación, lo que permite celeridad en la implementación del calendario académico del presente año de una forma ordenada, planificada y tendiente a mejorar los indicadores de calidad en materia educativa. De igual forma, los directivos de Wayuú Araurayu expresaron que en los próximos días se reunirán con funcionarios del Ministerio de Educación Nacional y la Procuraduría General de la Nación a fin de exigir transparencia y seguridad jurídica en el proceso de la educación contratada.

miércoles, 11 de enero de 2012

‘Tü mmâa pülâaskha’, homenaje a las víctimas de Bahía Portete

La puesta en escena de Tü mmâa pülâaskha propone una reflexión sobre el duelo vivido por el pueblo wayuú luego de la masacre de Bahía Portete. Fotos: Víctor Manuel Holguín/Unimedios Bogotá D.C., oct. 28 de 2011 - Agencia de Noticias UN- La salva de aplausos de un minuto, matizada por voces de ovación, coronó el homenaje que el Grupo de Danza Contemporánea de la UN hace por estos días a las víctimas de la masacre de Bahía Portete. El estreno de Tü mmâa pülâaskha (Tierra Mágica-Selección Natural), protagonizada por doce bailarinas y bailarines durante doce minutos, revivió en la memoria de los asistentes al Aula Máxima de la Universidad Jorge Tadeo Lozano ese capítulo triste de la historia del pueblo wayuú, en el que cuatro de sus mujeres y dos de sus hombres fueron perseguidos, torturados, asesinados y desaparecidos por el grupo paramilitar de alias ‘Jorge 40’. Fue casi un cuarto de hora en el que volvieron a la memoria, a la par con los encuentros y desencuentros de una danza de duelo, las imágenes angustiadas y estoicas de Margoth Fince Epinayú, Rosa Fince Uriana, Diana Fince Uriana, Reina Fince Pushaina, Rubén Epinayú y Roland Ever Fince tratando de salvar sus vidas, inicialmente, y enfrentando la muerte, al final, ante la persecución y acorralamiento despiadado de los verdugos que se movían en la región con absoluta libertad. “Pretendemos sugerir una reflexión sobre el dolor de la comunidad wayuú después de la masacre de Bahía Portete, lo que es válido frente a lo que ha ocurrido en el resto del país”, explica el maestro perteneciente a esta comunidad indígena, Astergio Pinto Apushana, director del Grupo de Danza Contemporánea de la Universidad Nacional de Colombia. La pieza de danza, montada sobre una banda sonora de piano, percusión menor y cuerdas, se inicia con el preámbulo del informe sobre la Masacre de Bahía Portete, municipio de Uribia, Alta Guajira, elaborado por el Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación. “Las mujeres no se tocan. No van a la guerra, no se violan, no se les expulsa de la tierra. Eso es lo que tenían por ley los Wayuú de La Guajira hasta la masacre, ocurrida el 18 de abril de 2004 cuando cuatro mujeres fueron torturadas, perseguidas, asesinadas con brutalidad, y toda una comunidad desplazada”. Una agresión que fue orientada especialmente contra el género y que estuvo relacionada con su posición dentro de la comunidad, concluye el informe de Memoria Histórica, pues “el rol de la mujer como intermediadora, vocera o resistente en el ámbito público la hizo más vulnerable al ataque de los paramilitares que tenían la pretensión de ocupación y dominio territorial”. Esa persecución atacó, además, el honor masculino y el de un pueblo guerrero y resistente cuando los paramilitares pusieron en evidencia la incapacidad de los hombres wayuú para defender a sus mujeres. Un código de honor que es buscado por las bailarinas entre sus hombres caídos durante la puesta en escena de Tü mmâa pülâaskha, propuesta que plantea a través de esta danza de duelo, entre otras posibilidades, que mientras haya memoria, vivirá la ley ancestral. La nueva obra del Grupo de Danza Contemporánea nacionalista fue presentada dos veces durante el 15 Festival Universitario de Danza Contemporánea, organizado por la Universidad Jorge Tadeo Lozano. El trabajo se volverá a ver durante la primera semana de noviembre en la Semana de la Generación C, organizada en Bogotá por la Corporación Unificada Nacional de Educación. Tü mmâa pülâaskha se suma a trabajos anteriores como M.O.R. Movimientos Oculares Rápidos, Aureliano y Arcadio, Travesía del horizonte, Improvisación estructurada, Sostenido, La Síntoma, Construcciones, Espacio vacío y Domingo y Qué más puede pedir una Ardilla, entre otros. (Por: Fin/AS/lmp)

martes, 10 de enero de 2012

LAS MENTIRAS DE LA MINERIA

La minería es uno de los focos más intenso de conflicto social en Latinoamérica. Por eso no está mal recordar que las mentiras son mentiras, que con la minería llegan fenómenos muy diferentes al "progreso". Estos son siete mitos alrededor de la minería que se están divulgando en Ecuador pero que son aplicables a toda la región.
Mina de La Alumbrera, en Catamarca (Argentina) 1. Potencial minero. El potencial minero presentado por el gobierno y las empresas mineras es una ficción. La gran mayoría de yacimientos de oro y cobre, incluyendo los proyectos en marcha, no han sido explorados adecuadamente como para establecer en firme y con un mínimo de confiabilidad lo que realmente contienen. El optimismo de cifras manejadas alegremente por el gobierno proviene de las empresas mineras que inflan sus cálculos por obvios intereses económicos y políticos. Ese manejo alegre de las cifras ha resultado en algunas de las estafas financieras más grandes de la historia, cuando empresas mineras -canadienses en particular- han inflado el valor de sus yacimientos para realizar enormes ganancias en las bolsas de valores. Ecuador como formación geológica es muy diferente a Perú y Chile. Los yacimientos que posee son menos ricos y concentrados, lo cual hace de su minería una actividad de mayor impacto ambiental, porque debe procesar mayor cantidad de suelo y subsuelo para obtener una producción rentable. 2. Minería y desarrollo. Que la minería empobrece a países en desarrollo es una realidad cierta. Los economistas, para explicar este fenómeno, la analizan como la “Maldición de los Recursos Naturales” o la “Paradoja de la Abundancia”. Basta estudiar el Índice de Desarrollo Humano de países con alta dependencia de la minería como Zambia, Sierra Leona, Papua Nueva Guinea, Bolivia, Ghana o la República Democrática del Congo, para saber que minería no equivale a desarrollo. Comparada a otras actividades económicas, la minería a gran escala genera muy pocos puestos de trabajo. En países como Chile y Perú, emplea aproximadamente el 1% de la población económicamente activa, y la mayoría de los empleos están a cargo de mano de obra calificada. En el caso del proyecto de cobre Mirador, ubicado en la Cordillera del Cóndor, provincia de Zamora Chinchipe, se prevé que la mina creará cerca de 600 puestos de trabajo fijos. El propio Plan de Desarrollo para el Sector Minero 2011-2015, del actual gobierno, aspira que la minería a gran escala, cree “al menos 10.000 plazas de trabajo” a nivel nacional, una cifra magra si se compara con los puestos de trabajo que genera, la agricultura, la ganadería o el turismo. 3. Aporte económico de la minería. Decir que los beneficios de la megaminería se quedan en los países donde se extraen los minerales y que las empresas contribuyen con el pago de diferentes impuestos en el desarrollo del país tampoco tiene mucho asider Muchos problemas surgirán por el lado tributario. Las grandes empresas mineras son campeonas en eludir o evadir el pago de tributos. Algunas empresas transnacionales usan subsidiarias registradas en paraísos fiscales, lo que les permite evitar el pago de impuestos. Estas empresas normalmente no garantizan transparencia para poder llevar a cabo la evaluación de sus actividades. Las empresas transnacionales y los gobiernos cómplices destacan exclusivamente los enormes montos de ingresos potenciales a partir de reservas mineras existentes. Con estas cifras, en general altamente exageradas, se quiere sensibilizar a la opinión pública a favor de la minería. Sin embargo, esta mirada resulta incompleta. Habría que sumar los llamados costos ocultos -ambientales y sociales-, incorporando por ejemplo el valor económico de la contaminación. Estas son pérdidas económicas que normalmente no aparecen en los proyectos y que son transferidas a la sociedad; recuérdese la devastación petrolera en el nororiente de la Amazonía ecuatoriana. También deberían entrar en la lista de costos los denominados “subsidios perversos”, que se expresan a través de la entrega de energía a precios menores, agua sin costo o con costo reducido, e inclusive infraestructura de transporte. 4. Amenazas ecológicas de la minería. Debido a las singulares condiciones climáticas, geológicas, hidrológicas y biológicas, del país, a su mega biodiversidad, la minería metálica a gran escala en la mitad del mundo será un mega desastre. Los yacimientos llamados estratégicos se encuentran en sitios ecológica y climáticamente muy sensibles, con muchas lluvias, y en medio de ecosistemas únicos, bosques y páramos, que albergan fuentes de agua y decenas de especies, vegetales y animales en peligro de extinción. Estos ecosistemas únicos -páramos y bosques- cumplen un papel indispensable en la generación y protección de fuentes de agua que abastecen a las poblaciones del campo y la ciudad. Son millones de ciudadanos los que se benefician de los estuarios de agua limpia. Por lo tanto comparar la minería en Ecuador con la minería en el desierto de Chile o en el altiplano árido del Perú, o con países-continente como Canadá o Australia no hace el menor sentido, porque no existe en el mundo, un solo proyecto minero a gran escala, en sitios similares a los de nuestras cordilleras, bosques nublados y páramos, que no haya devastado el ambiente. Por ello, los llamados Estudios de Impacto Ambiental de la megaminería, financiados por las mismas empresas mineras, sin excepción alguna, constituyen una tomadura de pelo. A más de sesgados y poco confiables son deficientes como estudio y bochornosos como instrumento legal. 5. Desechos a gran escala. La minería metálica a gran escala es la más grande productora de desechos en el mundo. En promedio, se procesa aproximadamente 79 toneladas de tierra para producir una onza de oro (Esta cifra sube a 250 toneladas en ciertas minas). En el caso del cobre, la proporción es aproximadamente una tonelada de cobre por 500 toneladas de tierra removida. En Canadá, la minería a gran escala produce 60 veces más desechos- y en los Estados Unidos 9 veces más- que todas las ciudades e industrias de los respectivos países. Solo el proyecto Panantza-San Carlos, en la provincia de Morona Santiago prevé procesar 90.000 toneladas de suelo, subsuelo y roca mineralizada diariamente y durante décadas. Es decir que durante la vida útil de la mina, se prevé producir alrededor de 1.400 millones de toneladas de desechos; esto equivale al menos a unos 12 Panecillos de la ciudad de Quito. Solamente para un pequeño proyecto de cobre, conteniendo 6 % del supuesto yacimiento de Panantza-San Carlos, en la zona de Intag, provincia de Imbabura, los investigadores calcularon que se necesitaría 600 hectáreas exclusivamente para almacenar los desechos sólidos. Hay que saber que el oro y el cobre no están en estado puro, suelen estar mezclados con otros minerales o metales pesados como el azufre, arsénico, plomo, mercurio, molibdeno y otras sustancias altamente tóxicas que contaminan suelos, ríos, páramos y bosques húmedos. Algunos yacimientos cupríferos, incluso, contienen materiales radioactivos. 6. Agua y minería. Por más que las empresas y sus defensores en el gobierno digan que el agua será reciclada, el procesamiento de minerales a gran escala requiere de ingentes cantidades de agua, mucha de la cual se pierde en el proceso de separar la tierra y los otros metales. El estudio de factibilidad del proyecto Mirador, aledaño al de Panantza-San Carlos, prevé utilizar 12 millones de litros de agua diariamente. Debido al proceso conocido como drenaje ácido minero, el agua de ríos y vertientes, en combinación con el aire y el agua de lluvia y/o aguas subterráneas, envenenará al recurso agua durante décadas y posiblemente cientos de años. Este drenaje ácido es un proceso mediante el cual, el aire o las aguas oxidan automáticamente -al momento del contacto- a minerales sulfurosos, lo que provoca una acidificación anormal de los desechos mineros, de los suelos y las aguas superficiales y subterráneas. Cabe señalar que los grandes yacimientos ecuatorianos identificados son altamente sulfurosos, por lo que el riesgo que se de este gravísimo tipo de contaminación es muy alto en nuestro país. 7. Conflictos Sociales y minería. No hay actividad industrial en América Latina que haya convulsionado o violado tanto los Derechos Humanos como la megaminería. En Colombia, el 80% de las violaciones de Derechos Humanos que han ocurrido en los últimos diez años se cometieron en regiones mineras. En Perú, más del 60% de los conflictos socio-ambientales se deben a la minería. En la medida en que las empresas extienden su presencia, la lista de muertos, heridos y perseguidos aumenta cada día. En el Ecuador, la mayoría de los criminalizados socialmente, han sido por su posición de resistencia a la megaminería o minería a gran escala. http://otramerica.com/temas/las-mentiras-de-la-mineria/1175

domingo, 1 de enero de 2012

Mujeres, entre el asedio y la desidia

Por Germán Uribe*
OPINIÓNEl Instituto Nacional de Medicina Legal reveló por estos días que en los últimos diez años se presentaron más de 600.000 hechos de violencia contra las mujeres; 4.000 asesinatos y 40.000 asaltos sexuales.
Lunes 26 Diciembre 2011

Lo que venimos de conocer ahora a través de distintas investigaciones de ONGs y de Navi Pillay, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos en su informe sobre la mujer y el conflicto colombiano en 2010 referente a la violencia sociopolítica contra mujeres, jóvenes y niñas, alcanza, sin equívoco alguno, el contundente calificativo de espeluznante. Probablemente como muchas otras de las crueldades y barbaries ya incrustadas en el alma y en la historia diaria de los colombianos, pero para este caso, con connotaciones extremas ya que comporta una sistemática destrucción del equilibrio emocional y sicológico, y de la integridad moral y física del género femenino, ciertamente el más vulnerable y el menos protegido.

Espeluznante… sí.

"Los hechos sucedieron el 31 de octubre de 2004, hace seis años: me cortaron el cuero cabelludo con una macheta. El ‘Flaco’ vivía en la casa del frente de nosotros. Golpeó puertas, a mi marido le dio disparos y a mí no me quitó el cabello sino que me quitó el cuero cabelludo; me iba a meter viva en un hueco. Yo corrí, me metí en la casa de mi abuela bañada en sangre. Los carros no me querían sacar porque la gente temía. Sólo un señor se arriesgó a sacarme. En el hospital me cogieron cincuenta y pico de puntos y a los tres días me dieron de alta. La Policía de San Onofre me quitó las recetas de los medicamentos. Ellos eran los mismos: eran mandados por ‘Cadena’". (Rincón del Mar, entrevista a mujer adulta, Sucre, noviembre 2010). Testimonio tomado de La Silla Vacía, de entrevista a María Emma Wills, coordinadora del informe “Mujeres y Guerra: víctimas y resistentes en el Caribe Colombiano”.

Pero, igualmente, veamos este único dato de una investigación que cubre de 2000 a 2010, realizada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh): “… cada hora cerca de nueve mujeres sufrieron agresiones sexuales, y en su mayoría (84%), las víctimas fueron niñas menores de 18 años”, comprobándose en el estudio que los ataques, en un altísimo porcentaje, provinieron del Estado, bien sea por consumación directa, o por condescendencia o apoyo a los actos violentos cometidos por grupos armados ilegales.

En este 2011 se cumplieron cien años desde que se instauró el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer… pero la lucha centenaria por sus derechos, definitivamente, al menos en Colombia, parece ir cada día más en reversa y, por ende, en contravía a sus anhelos. Su vulnerabilidad se viene acentuando, y su dependencia y algún grado de esclavitud en determinados ámbitos y regiones, acusan un nivel de desesperanza e impunidad que ni el Estado, ni los gobiernos, ni los legisladores, ni la sociedad machista, han querido enfrentar con rigor. Sufren por doquier las emboscadas a su integridad, y los logros específicos por el respeto a su dignidad, e incluso a su vida, parecen esfumarse mientras usted y yo, amigo lector, tan solo dolidos o indignados, da lo mismo en tanto la amenaza no cese, nos limitamos a escribir o a leer artículos como este.

Según la ONG española Itermón Oxfam, más del 50% de nuestra población son mujeres, algo así como 22.5 millones, padeciendo el 54% de ellas las rudezas de la pobreza o a la indigencia. Supimos que el Instituto Nacional de Medicina Legal reveló por estos días que en los últimos diez años se presentaron más de 600.000 hechos de violencia contra las mujeres; 4.000 asesinatos y 40.000 asaltos sexuales, y que cerca de medio millón fueron víctimas de violencia sexual en 407 municipios colombianos a manos de la Fuerza Pública, el paramilitarismo y demás actores armados de la guerra que estamos viviendo.

Y es que no nos queda más que repetir aquí, ejerciendo, eso sí, nuestra sagrada obligación de servir de altavoces de las injusticias y las atrocidades, cifras, estadísticas y resultados de los estudios a los que tuvimos acceso recientemente. Por ejemplo, entre 2001 y 2009, según la misma ONG española, cada seis horas una mujer colombiana fue abusada y un promedio diario de 245 fueron víctimas de algún tipo de violencia.

Pero es que, además, la prensa viene machacando a diario estos resultados investigativos que hacen que los columnistas nos sintamos exigidos a verterlos sobre nuestros limitados espacios críticos. Los que nos ocupan ahora, en particular, puntualizando una de las más feroces y sangrantes realidades de la “Colombia es pasión”, o la de la “Seguridad democrática”, o la del “todo vale”: Acción Social tiene registradas más de 1.950.000 desplazadas en el país: el 30 por ciento salió de sus hogares por violencia sexual y el 25 por ciento volvió a sufrir abuso en los lugares de refugio. Y en el marco de la Ley de Justicia y Paz, de los más de 57 mil crímenes admitidos por los paramilitares solo 86 son de violencia sexual, pese a que hay 727 denuncias. Y lo inaudito: hasta hace pocos días se concretó la primera condena a tres paramilitares del “refundador y patriótico” bloque Vencedores de Arauca.

En conclusión, la crudeza histórica colombiana ha convertido a nuestras mujeres en simples trofeos de guerra. Lo que este vergonzoso drama tiene por más condenable es la forma en que el conflicto las ha venido trasformando en carne de cañón y botín de guerra, “honor” del asaltante y posesión material de “bienes” del enemigo. Los perros de presa del paramilitarismo, por ejemplo, encontraron en la mujer el instrumento para la vindicta y el desahogo perfecto para sus apetitos salvajes de sangre y sexo.

Cientos de miles de mujeres colombianas viven hoy la fatalidad del terror, el desplazamiento, el despojo, el desarraigo, las laceraciones, la indigencia, las violaciones, la esclavitud, el olvido, la impunidad y la muerte.

¡Movilicémonos también por ellas!

*Escritor
guribe3@gmail.com
http://www.semana.com/opinion/mujeres-entre-asedio-desidia/169701-3.aspx
gracias al 2011, por todo lo bueno, lo malo la organizacion wayuumunsurat-mujeres tejiendo paz, seguiremos trabajando comprometid@s con las comunidades wayuu, wiwas, arijunas, mujeres cabezas de familia buscando lograr la verdad, justicia y reparacion real para los pueblos indigenas, para los sectores sociales que han luchado por conseguir la pervivencia y la paz para cada familia que han sufrido el dolor y la tristeza de perder a un ser querido, su territorio, su hogar rompiendo el tejido social de muchos colombianos.
los niños wiwas recibieron un detalle, estas familias se encuentra desplazada desde el año 2003, hemos venido trabajando hace tres años haciendo acompañamiento a estas familias, con las mujeres wiwinas trabajamos el empoderamiento de ellas,

fue posible darle un regalo a cada niño gracias al apoyo incondicional y la confianza y compromiso social del Arquitecto JOSE MIGUEL COTES, Ingeniero FRANK PACHECO, CAMILO POLO, TELEMINA BARROS y todos los miembros organizacion.

las mujeres tejiendo paz,
Debora Barros Fince.(kalaila Barros F.)
Directora- Mutepaz.