martes, 7 de diciembre de 2010

CAMPAÑA MERCADOS, REGALOS NAVIDEÑOS



La organización wayuumunsurat mujeres tejiendo paz estamos realizando una campaña para los hogares de muchos niños y ustedes pueden ayudar con mercados, juguetes.
Agradecemos su apoyo y solidaridad en esta campaña que terminara 25 de Diciembre 2010.
Calle 24 # 14 a 31 Riohacha- Guajira.
Cuenta de ahorro organización wayuumunsurat No 0273-0000-4119.Banco DAVIVIENDA

domingo, 5 de diciembre de 2010


Las mujeres que resisten a los neoparas en La Guajira
Skrevet 1. desember 2010 av Kristina Johansen

Telemina
Diversos grupos neoparas siguen generando terror en La Guajira. Las Mujeres Tejiendo Paz buscan reunirse con su victimario para conocer toda la verdad sobre la masacre de Bahía Portete.

En el avión, antes de despegar hacia Riohacha, la mujer que está sentada a mi lado hace una llamada: – Mi amor, ya tengo que apagar el celular. Dame la bendición. …. Voy con Dios. Sus palabras me hacen recordar lo que el antropólogo wayuu Weildler Guerra escribió en una columna reciente sobre la violencia en la región: “Si la sociedad guajira decide perpetuar este injusto orden social y permanecer impasible ante los hechos, solo le quedará un recurso: colocar sobre el puente del río Palomino el letrero que Dante asegura existe a la entrada del infierno y que dice ‘Vosotros, que entráis, dejad aquí toda esperanza’.”

Riohacha a primera vista no es una ciudad desesperanzadora. El centro se ubica a la orilla del mar, donde mujeres wayuu venden sus hermosas mochilas de todos los colores, y en cada esquina se escucha vallenato. La gente es amable y hay mucha hospitalidad frente a los que venimos de afuera. Pero en el camino del aeropuerto al hotel observo un grafiti que dice “AGC-P”, haciendo referencia a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia: Uno de varios grupos neoparamilitares – o bandas criminales, como las autoridades prefieren llamarlos – que hoy se disputan el poder en la región.

Existe un debate agitado en La Guajira, no sólo sobre cómo clasificar a estos grupos sino también sobre el poder que ejercen. Uno de los líderes más temidos hasta hace poco ha sido Arnulfo Sánchez González – más conocido como alias Pablo – del grupo paramilitar Frente Contrainsurgencia Wayuu, que formaba parte del Bloque Norte. El 18 de abril de 2004 este grupo ejecutó la masacre de Bahía Portete, en el municipio de Uribia, provocando un desplazamiento masivo de la comunidad. Muchos terminaron en Maracaibo, Venezuela, y todavía no han podido retornar por temor al grupo, que nunca se desmovilizó y continúa operando en la región. El 15 de noviembre fue capturado el jefe cuando se movilizaba en una camioneta en el norte de Bogotá.

Alias Pablo: El mito capturado


Arnulfo Sánchez alias Pablo
- ¿Sabes que cogieron a Pablo?, le pregunta Valentina a una vecina. El día que llego a Riohacha es la noticia principal, y no ha escapado la atención de esta niña de pelo rizado y ojos despiertos. Solo tiene 5 años pero ya sabe quién es el responsable de la muerte de varias de sus tías abuelas en Bahía Portete. La masacre fue cometida por un grupo de entre 40 y 50 paramilitares, acompañados de informantes locales y de hombres con prendas del Ejército colombiano. Cuatro de las seis víctimas mortales fueron mujeres. Todas eran familiares de Telemina Barros Fince, la madre de Valentina. Después, esta mujer no ha dejado de luchar por esclarecer los hechos. Junto con su hermana, Débora Barros Fince, fundó la ONG Wayuu Munsurat – Mujeres Tejiendo Paz. Inmediatamente después de la captura de alias Pablo, ella y otras integrantes de la organización pidieron una reunión con el líder paramilitar.

- Con Pablo se tiene la esperanza de que se sepa dónde están los desaparecidos y por qué se perpetró la masacre de Bahía Portete, afirma Telemina.

Acompaño a Telemina, su madre Carmen Cuadrado Fince y su primo Vicente Gutiérrez en la casa la mañana que están haciendo las maletas y organizando el viaje para Bogotá. Telemina y Carmen se ponen unas mantas coloridas (vestidos wayuu) y se preparan para sentarse cara a cara con el “señor del desierto”. Así se conoce Arnulfo Sánchez. El hombre no es originario de esta zona desértica, sino que nació en Nunchía, en el Piedemonte Llanero – una región de mucha riqueza petrolera e hidráulica pero donde predomina la pobreza y el abandono estatal. “En 1996 se desempeñaba como empleado de la Contraloría Municipal de Yopal y luego inicia una relación con el Bloque Norte de las Autodefensas ilegales a cargo de Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’”, según El País de Cali.

Carmen, una mujer mayor con porte de bailarina y pómulos altos, asegura que no tiene miedo de reunirse con el victimario de sus familiares.

-Hemos luchado tanto, y ahora que el pájaro está en su jaula estamos seguras de lo que estamos haciendo, afirma. Yo le creo. Ella y sus hijas son mujeres que irradian mucha fuerza, una herencia de sus madres, tías y abuelas wayuu. Las mujeres tienen un estatus alto entre los wayuu. Es un pueblo matrilineal, donde la pertenencia a un clan determinado y a un cierto territorio se define a través de la madre o la línea materna. Además, las mujeres muchas veces son mediadoras entre el mundo de los wayuu y el mundo externo.

Si bien la violencia paramilitar ha generado terror y paralizado mucha gente en La Guajira, a estas mujeres les ha empujado a organizarse, reclamar justicia para sus muertos y luchar por los derechos colectivos del pueblo wayuu. Eso no significa que no hayan sentido temor:

- Estuvimos con mucho miedo cuando se hicieron las primeras denuncias, pero era necesario hacerlo, dice Telemina, y pone énfasis en las últimas dos palabras. - Si no nos enfrentábamos a la realidad de los paramilitares, la masacre y el desplazamiento quedarían en impunidad. Yo creo que el valor y la fortaleza que teníamos fue el que nos hayan asesinado a mujeres.

A pesar de numerosas denuncias de líderes sociales y una serie de informes de riesgo de la Defensoría del Pueblo, alias Pablo seguía moviéndose por la Alta Guajira desde la masacre en abril de 2004 y durante más de seis años y medio, sin que ninguna autoridad lo detuviera.

- Decían que Pablo era un mito, y el mito está hoy en día capturado, comenta Telemina. Y quizá capturado por tanta presión. Porque yo creo que hasta los mismos funcionarios y el Estado lo protegían a él.

La masacre



Carmen
Carmen Fince estaba regresando de un pueblo vecino – Puerto Bolívar – el 18 de abril de 2004, cuando un hombre wayuu le paró en el camino y dijo que los paramilitares al parecer se habían llevado a sus hermanas. Le advirtió que no debería ir a Bahía Portete porque las estaban esperando para matarlas. Carmen tuvo que retornar e intentó comunicarse con los jefes paramilitares para rogarles que soltaran a sus familiares, pero fue en vano. Lo único que logró fue el permiso para recoger a sus muertos – los que no habían desaparecido.

Un día antes de la masacre, un sargento del Ejército conocido como “Felipe” del Batallón Cartagena, había transportado al grupo de paramilitares desde Carraipía hasta la Alta Guajira, a la ranchería de José María Barros. Esto según el informe La masacre de Bahía Portete: Mujeres wayuu en la mira, del Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR). Llegaron en dos carros, uno particular y el otro de las Fuerzas Militares del Ejército Nacional, con los cuales lograron pasar varios retenes militares.

Vicente Gutiérrez, el sobrino de Carmen, es un hombre corpulento, de voz pausada. Me cuenta que ya sabía lo que venía esa mañana del 18 de abril. El trató de convencer a su madre, Margoth Fince Epinayú, de que huyera con él. Pero ella, con sus 70 años, contestó que era más importante que se salvaran los más jóvenes. Por eso se quedó esperando los paramilitares, mientras que Vicente huyó hacia Venezuela con otros familiares.

Los paramilitares cogieron a Margoth Fince, autoridad de la Asociación Indígena de Autoridades Tradicionales de Bahía Portete, la amarraron de brazos y pies, agredieron su cuerpo brutalmente con hacha y machete, le dispararon y la dejaron bocabajo cerca de su casa en un cerro. Ahora, en casa de Carmen, Vicente expresa su gratitud con las mujeres y en particular con su madre:

- Las mujeres han sido muy valientes, muy valerosas. Han expuesto sus vidas por nosotros. Yo les debo la vida a las mujeres, por eso estoy aquí ahorita. Yo me acuerdo de las palabras de mi mamá: “Sálvese mijo, es mejor que yo me muera”.

Además de Margoth fueron asesinados Rosa Fince Uriana, Rubén Epinayú, Diana Fince Uriana y Reina Fince Pushaina. Las dos últimas aun se encuentran desaparecidas. Hubo dos personas calcinadas en un carro. No se ha logrado identificar quienes son, solo que se encontró parte del brazo de una persona. Las casas, la escuela, el centro de salud y el cementerio, todos espacios fundamentales para la vida de la comunidad, se convirtieron en un escenario de terror.

Los paramilitares utilizaron la violencia y la tortura sexual contra las mujeres wayuu de una manera intencionada, pública y diferenciada, asegura el Grupo de Memoria Histórica. Las mujeres que murieron eran mujeres líderes que se habían enfrentado con los paramilitares. Según el informe sobre Bahía Portete, los agresores buscaron golpear los liderazgos internos de los wayuu al quebrantar los roles públicos de las mujeres, difundiendo simultáneamente el terror de arriba hacia abajo. En segundo lugar pretendieron convertir a las mujeres, a través de la violencia sexual, en un medio para herir el honor de los hombres wayuu. Atrás de la violencia también había – y sigue habiendo – un interés en el territorio, y particularmente en el puerto artesanal, explica Vicente.

- Porque el territorio de nosotros es un puerto artesanal, una bahía muy bonita. Ahí se presta para trabajar, desembarcar. Por eso es que ellos quieren que nos quitemos de ahí para que ellos se queden con el territorio para hacer negocio ilícito. Como nosotros no lo permitimos…

Débora Fince era la inspectora de Policía de Uribia cuando sucedió la masacre. Durante el lanzamiento del informe del Grupo de Memoria en septiembre, frente a un auditorio lleno en la Biblioteca Luis Ángel Arango en Bogotá, cuenta cómo vivió los acontecimientos. Habla con mucha seguridad. La abogada había avisado a la Fuerza Pública tres días antes sobre el riesgo que corrían en su territorio, pero no recibió ningún apoyo:

- ¿Cómo me iba a acompañar el Batallón Cartagena, si también participó en la masacre de mi familia? Pregunta. Asegura que tanto el Alcalde de Uribia en aquel entonces, Marcelino Gómez, como el Gobernador, José Luis González Crespo, fueron cómplices de los paramilitares. La razón que dio el Batallón Cartagena para no acudir a las víctimas en Bahía Portete fue que estaba prestando seguridad al entonces presidente Álvaro Uribe, quien visitaba la Alta Guajira.

- El ex Presidente iba a inaugurar el parque eólico, mientras que mi familia fue masacrada. Y nadie dijo nada. El silencio fue total.

El Grupo de Memoria Histórica de la CNRR critica la negligencia institucional frente a la masacre en Mujeres Wayuu en la Mira. Tanto por la falta de respuesta frente a los llamados de alerta de la comunidad como por el retiro de las tropas días antes de la masacre. También llama la atención sobre la circulación libre de vehículos de los paramilitares por retenes militares y la presencia de hombres vestidos de militares en los hechos de la masacre.

La masacre de Bahía Portete no ha sido la única en La Guajira. Gracias a las declaraciones de los ex paramilitares ante la Fiscalía y las denuncias de las víctimas, se ha logrado consolidar información sobre 69 masacres cometidas en La Guajira, informa Caracol. Según la base de datos de la Fundación Hemera, se han registrado 3.759 personas afectadas en La Guajira por casos de desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y ataques, amenazas y detenciones arbitrarias entre abril de 2004 y abril de 2006. Los paramilitares del Frente Contrainsurgencia Wayuu figuran como presuntos responsables del 81 por ciento de estas conductas delictivas referidas, y las Fuerzas Armadas con el 15 por ciento[1].

¿Advertencias no escuchadas?


Grafiti
El 15 de noviembre de 2010, el día de la captura de alias Pablo, el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, afirmó que era “una gran noticia para las gentes de bien de La Guajira, que venían reclamando acciones efectivas para neutralizar el poder violento y corruptor de alias Pablo”, según El Espectador. “La orden a nuestra Policía y nuestras Fuerzas Militares es arreciar contra estas bandas criminales”.

Según el coronel Héctor Cruz, comandante de la Policía Departamental de la Guajira, alias Pablo ha mantenido una hegemonía en la Alta Guajira, además de controlar las extorsiones tanto en Maicao como en Riohacha. El coronel, un hombre serio pero cordial, me recibe en su oficina sentado atrás de un escritorio enorme y me explica que alcanzaría a tener una red de más o menos 200 personas. Mantenía cierta rivalidad con la banda criminal de Urabá o los Urabeños y los Rastrojos, bajo el mando de Rodrigo Oquendo, alias Rio. Cuando le pregunto por qué la Fuerza Pública ha demorado tanto para capturar a alias Pablo, el comandante explica que se ha movido en un territorio al cual no tienen acceso las autoridades.

- Sobre la costa hay una serie de lugares que no son de fácil acceso ni por tierra ni por aire. La misma vegetación la protege. El comandante de la Policía agrega que alias Pablo ha sido protegido por comunidades wayuu – algunas por temor y otras por simpatía. Lamenta que no hay una cultura de denuncia en La Guajira y lo explica con costumbres wayuu:
- Los wayuu por tradición no denuncian a nadie, porque en la cultura wayuu no existe la responsabilidad individual. Si una persona denuncia, es como si denunciara todo el clan, o todo el grupo, o toda la familia, o toda la etnia.
La Policía ha registrado un incremento en un 21 por ciento de homicidios en La Guajira este año, lo cual relaciona con el enfrentamiento de las bandas criminales por el control territorial. La Defensoría del Pueblo en La Guajira coincide con La Policía en que hay un incremento en violencia en la región. Sin embargo, tienen interpretaciones muy diferentes del fenómeno.

Fernando López Suárez, el Defensor regional, afirma que la violencia no puede ser reducida a episodios aislados protagonizados por la simple delincuencia y criminalidad organizada. Se trata de verdaderos grupos armados ilegales que con estructuras más móviles, flexibles y descentralizadas están causando un profundo daño a sectores cada vez más numerosos de la población: Asesinatos selectivos de tenderos, comerciantes, mototaxistas, líderes sociales y personas socialmente estigmatizadas. Y amenazas, intimidaciones y hostigamientos contra líderes de población desplazada, víctimas del conflicto armado, líderes con un discurso crítico frente a las trasnacionales y megaproyectos, contra desmovilizados y reintegrados y contra personas socialmente estigmatizadas.

La Defensoría tiene identificados a Los Urabeños, conocidos también como Autodefensas Gaitanistas de Colombia, Los Paisas y Los Rastrojos, además de Frente Contrainsurgencia Wayuu, comandada hasta hace poco por alias Pablo. En cuanto al municipio de Uribia, donde se encuentra Bahía Portete, la Defensoría ha registrado una disputa entre el Frente Contrainsurgencia Wayuu y las Águilas Negras. Ambos grupos mantienen un gran arraigo local y ostentan una amplia autonomía, según un informe que la Defensoría presentó en un consejo de seguridad el 25 de octubre.

En otro informe enfocado en Uribia, de junio de este año, La Defensoría puso en evidencia la difícil situación que enfrentan habitantes de comunidades indígenas y mencionó el riesgo que corren los integrantes de Wayuu Munsurat. El coronel Héctor Cruz, por su lado, niega tener conocimiento de amenazas a la organización y afirma que no hay ninguna situación que impide el retorno a Bahía Portete. Asegura que la Policía está reforzando sus actividades en la región después de la captura de alias Pablo, pero agrega que la violencia se debe fundamentalmente a un conflicto entre familias:


- Si no se supera el enfrentamiento de las dos familias que históricamente han tenido problemas en ese sector, cualquiera de ellas puede inventar otro grupo, o puede inventar una amenaza o puede inventar alguna situación para mantener, como hasta ahora ha sido, a unos y otros por fuera de la jurisdicción y por fuera del territorio.

El discurso del coronel hace eco del oficio que envió el teniente coronel César Augusto Bejarano ocho días después de la masacre, afirmando que integrantes del Frente Contrainsurgencia Wayuu sostuvieron “enfrentamientos con indígenas Wayuu de la región de Bahía Portete” y que “al parecer se presentaron bajas de parte de ambos grupos”[2].

El Grupo de Memoria Histórica critica esta transformación de la masacre en una guerra de familias: ”Estas versiones que se repiten en informes y reportes de los medios, silencian el sentido político e intencionado de la masacre y obedecen en gran medida a los estereotipos raciales y subvaloración de las afectaciones que vive el pueblo Wayuu[3].

Fernando López se queja de que la mayoría de las instituciones de seguridad y orden público en La Guajira le ha restado credibilidad a las advertencias de la Defensoría, expuestas en informes de riesgo y alertas tempranas. Está convencido de que se podrían haber evitado muchas muertes si las advertencias de la institución de Derechos Humanos hubieran sido escuchadas antes.

Para Julio Salas de Pastoral Social en Riohacha, uno de los retos es aceptar la realidad de la guerra en Colombia hoy en día.

- El solo hecho de que se diga y se crea que son “hechos aislados” y que no es una guerra que está viviendo el país, ya eso indica que el sufrimiento de Colombia todavía va a ser muy largo. Creemos que el conflicto sigue en ascenso. Mientras los grupos armados estén en ascenso, en búsqueda de poder, en búsqueda de mayores cantidades de tierra, mayores espacios para salida y entrada de esos insumos y mercancías, y el mismo Estado esté involucrado en algunos aspectos con ello, es muy difícil encontrar un clima no solamente para que baje, sino que existan procesos después de reconciliación.

Mujeres perseguidas



Betty

- Hoy tenemos que caminar con escoltas. Eso no es vida, afirma Deborah Barros. La masacre, el desplazamiento y la persecución han cambiado profundamente la vida de las dirigentes de Wayuu Munsurat – Mujeres Tejiendo Paz. Hoy en día están obligadas a trasladarse en un carro blindado y acompañadas de guardaespaldas armados. Esto es la protección ofrecida por el Ministerio del Interior, ya que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a finales de 2004 otorgó medidas cautelares a diez miembros de la comunidad y le solicitó al Estado colombiano garantizarles su vida e integridad física.

Las mujeres siguen trabajando en medio del incremento de la violencia en La Guajira, que este año ha acabado con la vida de líderes sociales como Luis Socarrás y Juan Carlos Arredondo. Cuando llego a la sede de Wayuu Munsurat en un barrio popular de Riohacha me cuenta Betty Granadillo, una de las integrantes, que están en proceso de remodelación. Hace un mes casi les hicieron un atentado cuando estaban reunidos en el patio:

- Aquí mismo, en una reunión que tuvimos con miembros de las comunidades, llegaron dos motos. Vimos una moto de aquel lado, de allá atrás, cuenta y me muestra de donde apareció la moto. – Y después salió otra moto. En ese momento fue cuando reaccionaron los escoltas de Débora y nos sacaron de este lado. Nos volamos la cerca, continua y señala la división entre el patio y el de los vecinos. - Fue muy atemorizante, también para los vecinos. Betty explica que los escoltas llamaron a la Policía y que detuvieron a las personas, que estaban armados. Con la remodelación quieren asegurarse contra nuevas agresiones.

El clima amenazante se refleja en un grafiti que hay a media cuadra de la oficina, donde se puede leer “AGC-P”, es decir, una alusión a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia. La ONG ha sufrido una serie de amenazas y hostigamientos como consecuencia de sus actividades de denuncia pública y de conmemoración de la masacre en Bahía Portete. Betty recuerda que recibió una amenaza en abril, un día antes del sexto aniversario de la masacre, que decía “!Te vas a morir, quédate callada!”.

Las amenazas también toman la forma de grafiti en Bahía Portete. Estos han sido documentados por el Grupo de Memoria Histórica, el cual afirma: “Los grafiti son otra forma de violencia sexual y ultraje a las mujeres y a la comunidad. Los pintan en los muros de la casa de Rosa Fince Uriana posterior a la masacre con figuras de mujeres violadas por la boca, la vagina y el ano (…); además contienen amenazas directas a lideresas con diferentes formas de violación y tortura sexual”[4].

Paz es la libertad de andar por los caminos

- La captura de alias Pablo representa una tranquilidad. Ahora el reto para el Gobierno es desmantelar definitivamente esa organización irregular que se tomó La Guajira, afirma el Defensor del Pueblo. Las integrantes de Mujeres Tejedoras de Paz comparten esta visión. La violencia no se acaba con la captura de alias Pablo porque queda una estructura armada y una jerarquía donde el que sigue en rango puede tomar el comando. Además no es el único grupo que opera en la región y no se sabe cómo se desarrollará la disputa entre los grupos.

Otro elemento fundamental es el esclarecimiento de los hechos. Cuando Telemina, Débora, Carmen y Vicente viajaron hasta Bogotá en búsqueda de una reunión con alias Pablo, su objetivo principal era saber la verdad sobre la masacre.

- Esperemos que Pablo hable, dice Telemina, que nos diga quiénes son los funcionarios, quienes son los políticos, que tuvieron que ver con la masacre de Bahía Portete. Quienes estaban atrás de los atentados, de las persecuciones de las líderes de la comunidad.

Arnulfo Sánchez finalmente no los atendió. En plena audiencia de indagatoria, se declaró enfermo, justo en el momento en que debía comenzar a dar explicaciones ante la Fiscalía por la masacre, reporta El Espectador. Sin embargo, las mujeres siguen esperando una cita con el principal responsable de la tortura, asesinato y desaparición de sus familiares. Piden que no sea extraditado hasta contar todo lo que sabe y confesar lo que ha hecho.
Buscar la verdad sobre lo que ha pasado es una condición esencial para superar el conflicto armado, no sólo en La Guajira, sino en todo el país, señala Julio Salas de Pastoral Social. Sin la verdad es imposible avanzar en la justicia y reconciliación. Weildler Guerra también pone énfasis en este aspecto, y agrega que falta una parte importante:

- En todo este proceso de justicia y verdad falta la declaración del más poderoso actor: el Estado colombiano. Ese es el único que no ha ido a confesar, a contar su verdad y decir: “Yo hice esto, esto y esto” sino que se pone como neutro, como un árbitro entre la guerrilla y los paramilitares. El representa la civilización y los valores democráticos y estos dos son demonios, cuando él ha sido el gran auspiciador de uno de los grupos. Esa es la verdad de Colombia.
Además de esclarecer los hechos, lo que buscan finalmente Mujeres Tejiendo Paz es volver a Bahía Portete.

- El territorio es nuestra identidad. El territorio es nuestra vida. En la casa de nosotros, en la Alta Guajira, a pesar de que no teníamos agua, éramos felices. Buscábamos la forma de sobrevivir. Pero el territorio es lo que nos genera paz, nos genera fortaleza, todo.

Para la comunidad de Bahía Portete, el desplazamiento significó no poder andar por ese paisaje de horizontes amplios de mar y desierto donde criaban hijos, pastoreaban animales, pescaban y comerciaban sus productos. La masacre significó la transformación del territorio ancestral en un escenario de terror, en palabras del Grupo de Memoria Histórica: La destrucción de huellas históricas, culturales y míticas, la agresión violenta contra autoridades y líderes y el desplazamiento masivo de toda la comunidad. Atrás quedaron los mejores recuerdos:

- Nosotros caminábamos desde la casa de mi tía Ocha, desde la casa de nosotros, hasta donde estaba mi abuelo, que es un espacio como de hora y media, cuenta Telemina. Temprano, a veces lo hacíamos con el sol caliente… Nos bañábamos en los jagüeyes, sin ningún problema de que nadie nos fuera a atacar. Podíamos andar libremente por el territorio.

La libertad de andar por los caminos es para Weildler Guerra la definición de la paz. El antropólogo explica que hay tres valores fundamentales en la sociedad wayuu: La paz, la libertad y la vida. Los tres han sido gravemente afectados por el conflicto armado en La Guajira. Sin garantizar la paz, la libertad y la vida, el regreso a Bahía Portete será dificil. Sin embargo, las Mujeres Tejiendo Paz no se dejan por vencidas. Están seguras de que van a retornar. Por eso le piden al Gobierno que dé garantías para poder volver a su territorio y a la vida de antes. En esa lucha las acompañan los espíritus de sus familiares muertos, afirma Carmen Fince:

- Los espíritus están vivos para nosotros. Son los que han luchado con todo y van a seguir luchando hasta no terminar todo este proceso. Hasta cuando retornemos, ellos continúan. Ellos mismos lo manifiestan en sueños, donde estemos nosotros están ellos con nosotros.

http://johansenkristina.wordpress.com/2010/12/01/las-mujeres-que-resisten-a-los-neoparas-en-la-guajira/

viernes, 3 de diciembre de 2010

25 DE NOVIEMBRE DIA DE LA MUJER MALTRATADA BASTA YA

las liderezas de los sectores sociales reunidas para compartir sus experiencias.
la juventud orjuwat, apoyando los procesos mutepaz.

en la sede reunidas mujeres wayuu,wiwas y sectores sociales para analizar como han avanzado frente a no permitir ningun tipo de violencia contra las mujeres por los grupos armados, todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en la vía privada


cada 18 segundos una mujer es maltratada en el mundo, según datos de Naciones Unidas. Y al menos una de cada cinco es víctima de malos tratos en su propio hogar, según la OMS. En pleno siglo XXI, no hay ni un solo país en el que hombres y mujeres tengan el mismo estatus, ni las mismas oportunidades. Tal desigualdad es el principal escollo para erradicar la violencia de género.

Ya en 1981, la ONU advertía de que "la discriminación contra la mujer viola los principios de la igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana"; en la declaración de Pekín (1993) se calificaba la violencia de género como una importante "violación de los derechos humanos"; más recientemente, en 2002, el Consejo Europeo declaraba la violencia doméstica como un "mal endémico", al ser la principal causa de muerte entre las mujeres de 16 a 44 años.


las mujeres son la pervivencia de una familia, cultura.

sábado, 27 de noviembre de 2010

“El Regreso” narra la historia contemporánea de la niña indígena Wayuu YAJAIRA (10) cuyo pueblo de “Bahía de Portete” (Alta Guajira, Colombia)


"EL REGRESO" Largometraje zuliano financiado en la convocatoria del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) de este año. Este proyecto intercultural-bilingue (wayuunaiki-castellano) de la cineasta Patricia Ortega tiene prevista su preproducción para los meses de febrero y marzo, y su rodaje para los meses de abril y mayo.

SINOPSIS
“El Regreso” narra la historia contemporánea de la niña indígena Wayuu YAJAIRA (10) cuyo pueblo de “Bahía de Portete” (Alta Guajira, Colombia) es arrasado y quemado por paramilitares, los cuales unidos a miembros de mafias indígenas asesinan a los aldeanos, especialmente a las mujeres: niñas, ancianas y jóvenes con el propósito de dominar el territorio y humillar a los hombres de la comunidad, quienes los han denunciado ante las autoridades. Son desplazados más de 320 indígenas, muchos se esconden atemorizados por temor a la cacería de los paramilitares y sus cómplices indígenas, en Maracaibo, Estado Zulia. Venezuela.

Yajaira vivencia el terror y logra huir, sola. Mantiene la esperanza de que su madre y su abuela hayan podido escapar al igual que ella. Deambula por el desierto, en el que casi muere de inanición y es rescatada por militares venezolanos, de los cuales escapa por temor a las armas. En la ciudad de Maracaibo Yajaira no conoce a nadie ni tiene nada, no habla el castellano, sólo su lengua materna el “wayuunaiki”. Como desplazada enfrenta situaciones de violencia de la mano de indígenas y no indígenas, por lo que no confía en nadie y comienza su reto de sobrevivir en el universo callejero. Allí, conoce a BÁRBARA (12) una jovencita no indígena, sobreviviente, acostumbrada a lidiar con la violencia como forma de vida. El encuentro de Yajaira y Bárbara, al principio gobernado por el rechazo y el contraste, poco a poco, sin que ellas lo quieran ni lo busquen, se va transformando en una amistad.

La vida las une inesperadamente más allá de sus diferencias: Yajaira wayuu (indígena), Bárbara ali’juna (no indígena), Yajaira habla el “wayuunaiki”, Bárbara el castellano, Yajaira con su ingenuidad, Bárbara con su adultez prematura. Ninguna de las dos se gustan o se aceptan al principio, pero las fronteras desaparecen frente a la realidad que las une: dos niñas enfrentando al mundo, dos niñas que van de la mano buscando sus sueños escondidos en la soledad

Foro de los Pueblos Indígenas Minería, Cambio Climático y Buen Vivir


Declaración de Lima

Los pueblos indígenas, comunidades y organizaciones sociales del Abya Yala, hermanos de África y Europa, hijos de la Madre tierra, Reunidos en el Foro Minería, Cambio Climático y Buen Vivir, en la ciudad de Lima, después de tres días de deliberaciones declaramos:

Considerando que:

Los pueblos indígenas y comunidades somos portadores de la sabiduría ancestral que ha logrado mantener el planeta a salvo durante miles de años; nuestros conocimientos y prácticas ancestrales de reciprocidad y complementariedad con la Madre Tierra han constituido los valores que han permitido una vida en armonía a la que hoy llamamos Buen Vivir – Vivir Bien. Desde el tiempo de nuestros abuelos, en nuestros territorios se conserva la biodiversidad.

Nuestra vida en armonía fue quebrada cuando hombres occidentales con ambición de riqueza ocuparon nuestros territorios e iniciaron el saqueo de la naturaleza, dejando muerte, contaminación y enfermedades. Hoy la ambición y el saqueo continúan por nuevos conquistadores transnacionales con la bendición de los gobiernos de nuestros países que bajo el mito del crecimiento económico promueven políticas irracionales de extracción de los recursos de nuestros territorios, dejando pobreza y contaminación.

Nuestros territorios llenos de vida y armonía se han convertido en territorios de contaminación y de intoxicación de la salud humana, en territorios de militarización y criminalización de las luchas, en territorios de saqueo y pobreza a consecuencia de las políticas extractivistas guiadas por los gobiernos. Por otro lado, también se han convertido en territorios de resistencia, de lucha, de propuestas y ejercicio de nuestros derechos, como son las consultas comunitarias realizadas por nuestras autoridades ancestrales en diversos países del continente.

El saqueo de los bienes naturales se ha intensificado en nuestros tiempos por la ofensiva neoliberal a través de los tratados de libre comercio entre estados, cuyos términos vulneran nuestros derechos indígenas y colectivos amparados en tratados internacionales, como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.

El exponencial consumismo occidental, el saqueo de nuestros bienes naturales y la industrialización de los países desarrollados han generado una crisis climática global a la que se suma la crisis alimentaria. Los efectos del calentamiento global han aumentado los riesgos de vulnerabilidad de nuestros derechos y están modificando nuestro modo de vida que milenariamente ha dependido de la Madre Tierra. Los pueblos indígenas somos los que menos contribuimos al calentamiento global, somos los que sufrimos sus peores consecuencias y somos excluidos de los procesos de negociación internacional y definición de políticas nacionales.

Los estados vienen implementando una sistemática política de criminalización, dentro de la cual se han creado nuevos delitos con la única finalidad de debilitar nuestras luchas. En consecuencia, miles de líderes indígenas se encuentran perseguidos y procesados judicialmente por defender la Madre Tierra y nuestros derechos.


Por tanto, resolvemos: ·Llamar a la unidad continental y mundial de los pueblos indígenas y movimientos sociales y movilizarse en defensa de la Madre Tierra, por la construcción de estados plurinacionales y la implementación del buen vivir a nivel global, como alternativas para superar las crisis climática, alimentaria y económica. Volver al equilibrio con la Madre Tierra para salvar la vida en el planeta es nuestro camino.

·Demandamos a los estados el reconocimiento y cumplimiento pleno de nuestros derechos reconocidos por el sistema internacional, en especial la aplicación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Respeto a la libre determinación, a nuestros territorios y su soberanía, a la consulta y consentimiento previos, libres e informados con carácter vinculante, a decidir nuestra propia forma de vida.

·Denunciar las políticas de criminalización que los estados están implementando contra los defensores de la Madre Tierra, persiguiéndonos, enjuiciándonos, encarcelándonos y asesinándonos. Y convocamos al establecimiento de alianzas entre pueblos indígenas y redes sociales con el fin de implementar acciones colectivas a nivel internacional y nacional para frenar estas políticas.


·Exigimos políticas agrarias que garanticen la seguridad y soberanía territorial de los pueblos indígenas y campesinos, y una distribución racional y equitativa del agua.

Con relación al Cambio climático:
·Demandamos el respeto a los derechos de los pueblos indígenas en los procesos de negociación internacional sobre cambio climático y la implementación de políticas nacionales por los estados; en especial el derecho a la libre determinación y el derecho al consentimiento libre, previo e informado.

.Demandamos el respeto a los Derechos de la Madre Tierra y de todos los seres vivos.

·Exigimos que los países responsables históricamente del cambio climático paguen la deuda climática. Nos comprometemos a instrumentalizar el Tribunal Internacional de Justicia Climática.

·Exigimos la construcción de una agenda nacional y regional de justicia climática, con amplio proceso de consulta previa, libre e informada a los pueblos y comunidades.

·Demandamos que en los acuerdos para la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático se tomen en consideración nuestros conocimientos y prácticas de reciprocidad y complementariedad con la Madre Tierra.

·Reafirmamos el Acuerdo de los Pueblos de Cochabamba (abril 2010).

·Exigimos que los gobiernos apoyen la adopción en Naciones Unidas de la Declaración de Derechos de la Madre Tierra.

·Exigimos a los estados que asuman su responsabilidad y lleguen a acuerdos concretos y vinculantes respecto a la reducción de los niveles de emisión de gases de efecto invernadero para revertir el proceso de calentamiento global. La adaptación de las comunidades vulnerables solo será viable si los países ricos reducen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

·La deuda ecológica generada por los países del Norte con sus emisiones de GEI debe ser pagada y los fondos destinados a atender a las poblaciones vulnerables y afectadas por la crisis climática en el Sur.

·Rechazamos las falsas soluciones del mercado de carbono, así como todas aquellas que pretenden mercantilizar a la Pachamama. Rechazamos la mercantilización del mecanismo REDD a través de los mercados de carbono. Rechazamos los agrocombustibles que cambian el uso de la tierra y amenazan la soberanía y la seguridad alimentaria. Declaramos que LA VIDA NO SE NEGOCIA.

·Exigimos que todo proyecto o programa contra la deforestación respete los derechos de las comunidades al territorio, autonomía, a la consulta y consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas. Debe asegurarse la participación y los beneficios de las poblaciones de las áreas que ellas milenariamente han defendido. Que los gobiernos cambien las políticas que favorecen la deforestación y apoyen el manejo forestal comunitario de los pueblos indígenas.

·Convocamos a sumarse al Foro Indígena del Abya Yala sobre Cambio Climático.

·Nos comprometemos a participar en el Referéndum Mundial Climático acordado en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra realizada en Cochabamba.

Con relación a la Minería:·Decimos enfáticamente: no a la minería, sí a la vida. Rechazamos la minería transnacional, no a la minería en los territorios de los pueblos indígenas. Exigimos la inmediata derogatoria de los títulos y concesiones mineros inconsultos.

·Declaramos los pueblos indígenas somos los dueños legítimos desde los tiempos ancestrales del suelo, subsuelo y recursos naturales que albergan nuestros territorios. Exigimos a los organismos de Naciones Unidas que los bienes naturales sean declarados patrimonio de los pueblos indígenas que los albergan.

·Apostamos a cambiar el modelo extractivista para el buen vivir de los pueblos del mundo. En este sentido nuestras luchas deben conducir a la aprobación de leyes para determinar las zonas prohibidas para la minería en nuestros territorios, como lo han logrado con su lucha los pueblos de Costa Rica.

·Demandamos a los estados el reconocimiento y aplicación del derecho al consentimiento que nos asiste como pueblos indígenas de acuerdo al derecho internacional. Llamamos a los pueblos indígenas y comunidades a no permitir el desarrollo de proyectos mineros sin consentimiento. En particular hacemos un llamado a la aprobación de la Ley de Consulta en el Perú y su inmediata promulgación.

·Emprender campañas continentales y globales contra las políticas de organismos internacionales (Banco Mundial y otros) que contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero, a la contaminación y al desconocimiento de nuestros derechos, agravando la crisis climática.

·Emprender campañas continentales y globales contra las empresas mineras, denunciando sus violaciones a los derechos internacionales y sus impactos ambientales, sociales y culturales.

·Emprender campañas continentales y globales contra las políticas extractivistas de los Estados y denunciar ante el sistema internacional de protección de los derechos humanos los casos de violación de los derechos humanos, los derechos indígenas y campesinos por estas políticas, como el desplazamiento forzoso de comunidades enteras.

·Nos comprometemos a defender y fortalecer nuestras formas de organización comunal y nuestra propia economía comunitaria como alternativa al extractivismo.


·Fortalecer y articular las luchas de las comunidades y los movimientos sociales frente a la minería, a través del intercambio y la construcción de una plataforma continental.

Convocamos:

. A constituir una plataforma continental de lucha frente a las políticas extractivas y convocar a la realización de un próximo foro en el marco de la V Cumbre de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Ayala, a realizarse en Bolivia en el año 2011.

· A realizar una Movilización Continental el 21 de junio del 2011 en defensa de la vida, por la reconstitución del Buen Vivir, por el ejercicio pleno de nuestros derechos frente a los impactos de la minería, la crisis climática y las empresas transnacionales.

Lima, noviembre 20 del 2010.


Coordinadora Andina de Organizaciones Andinas, CAOI / Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, COICA / Consejo Indígena de Centro América, CICA / Alianza Social Continental / Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería – CONACAMI Perú / Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu, CONAMAQ / Confederación De Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador, ECUARUNARI / Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC / Organización de Pueblos y Naciones Indígenas en Argentina, ONPIA / Identidad Territorial Lafkenche / Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos, FOCO (Argentina) / FUNDAMAYA, Guatemala / Coordinadora de Organizaciones Maya Kaqchikel para el Desarrollo Equitativo y Sostenible, COMKADES (Guatemala) / World Learning – Study of International Training, Study Abroad – Programa Perú: Pueblos Indígenas y Globalización / Maderas del Pueblo del Sureste, AC, Chiapas (México) / Movimiento de Mujeres Indígenas Tz’ununija’ (Guatemala) / Asamblea Buenos Aires no a la Mina (Argentina) / Confederación Indígena Neuquina de Argentina / Consejo Mapuche Zona Centro de Neuquén (Argentina) / Colectivo Coca Soberanía (Bolivia) / Puente entre Culturas –Cross Cultural Bridges / Salva la Selva / Coordinadora Nacional de Fondos Regionales y Organizaciones Indígenas y Campesinas, CONAFROIC (México) / Fronteras Comunes – Common Frontiers (Canadá) / Diálogo de los Pueblos / Colectivo Coordinación de Acciones Socio Ambientales, CASA / Instituto de Cultura Indígena (Jujuy, Argentina) / Televisora Indígena Indiocanal Omaguaca (Jujuy, Argentina) / Horizon Perú ONGD – Red Ambiental La Libertad / Red Mexicana de Afectados por la Minería, REMA / Consejo Regional Indígena del CAUCA, CRIC (Colombia)/ Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático, MOCCIC / CooperAcción / Asociación AKUAIPA WAIMAKAT - Asociación para la Divulgación, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos e Indígenas / Marcha Mundial de Mujeres / Servicios Jurídicos y Sociales – SERJUS / Comarca Ngäbe-Bugle pueblo indígena de Panamá / Coordinadora de Organizaciones Maya Kaqchikel de Desarrollo Equitativo y Sostenible, Comkades / Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC / Instituto de Investigación, Desarrollo y Derechos Humanos DEVENIR / Movimiento para la Salud de los Pueblos / Programa de Estudios Antropológicos de El Colegio de San Luis / La tierra respira / Consejo de Amautas Indígenas del Tawantinsuyu / Organización Wiwa Yugumaiun Bunkuanarrua Tayro, Sierra Nevada De Santa Marta - Colombia / Asociación Movimiento Indígena Tawantinsuyo MIT Perú / Cabildo Mayor – Asociación de Autoridades Tradicionales del Pueblo U’WA / Organización Wayuumunsurat-Mujeres Tejiendo Paz / Gvbam Longko Pikun Wijimapu / Red Colombiana Frente a la Gran Minería Transnacional, RECLAME / Consejo de Aymaras, Kechuas Tupiguaranies para Ayllus y Comunidades, AKTUPAC / EARTHWORKS / K’loj Qchman K’al B’e o Consejo Maya Mam de Quetzaltenango / Comité de Defensa de Tierras y Bosques de Villa Rica – Oxapampa / Corporación de Promoción y Estudios Americanos, CORPEA / Asociación de Mujeres Ngobe – ASMUNG / Municipalidad Indígena de Santo Tomas Chichicastenango / Comisión Justice et Paix Belgique francophone, CJP / Coordinadora Proyecto Extractivas y Pobreza America Latina / ALTER-ECHOS / Comité en Defensa del Páramo el Almorzadero / Proceso de Comunidades Negras de Colombia. Concejo Comunitario La Toma – PCN / Cabildo de Cerro Tijeras / Organización de Pueblos Indígenas Yanesha Ashaninka Teno`mar – OPIYAT / Fundación Equilibrio / World Agroforestry Centre / Consejo Regional Indígena de Caldas – CRIDEC / Frente de Defensa de los Intereses y el Desarrollo de Huanuco / Organización Payipie Ichadie Totobiegosode – OPIT / Universidad Politecnica Javeriana - Corporacion Cultural Oso Loma / Coordinadora de Organizaciones del Pueblo Kichua Saraguro – CORPUKIS / Concejo Municipal Cajamarca Tolima – Colombia / Organización 350 / Fondo Verde / Énfasis, revista de Reflexión y Debate / Grupo Impulsor contra el Racismo y otras formas de Discriminación. GIM PERU / Organización Internacional de Mujeres Indígenas del Tawantinsuyu / Sindicato Regional De Trabajadores Independientes De Occidente, SIRTCO / Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos – LATINDADD / Forum Solidaridad Perú / Alcaldías Indígenas de la Región IXIL – FUNDAMAYA / Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala CONAVIGUA / EXPLORPERU. Informativo Digital / Club Cultural Cuzco de New York / Comunidad Campesina de Muni / Convergencia y Coordinadora Nacional Maya Waqib’ Kej / Sindicato Único De Difusores Culturales del Sur (Perú) - SUDIC-SUR / Programa “Pueblos Indígenas y Globalización”. School for International Training. World Learning- SIT / Cabildo Mayor Indígena del Resguardo de Urada Jiguamiando / Comisión Intereclesial de Justicia y Paz – CIJYP / Consejo Regional del Pueblo Nasa del Putumayo / Organización de la Alianza por un Comercio Responsable- ART / Movimento Sviluppo E Pace – Torino – Italia- MSP / siguen firmas…
--
Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas
Ecuador-Colombia-Perú-Bolivia-Chile-Argentina
Telf. 0051-1-2651061
www.minkandina.org

lunes, 15 de noviembre de 2010

Capturan a alias ‘Pablo’, jefe de la banda ‘La alta Guajira’

La Policía Antinarcóticos detuvo en Bogotá a Arnulfo Sánchez González, alias ‘Pablo', presunto jefe de la banda criminal Alta Guajira y acusado de tráfico de narcóticos y de muchos crímenes.

Sánchez González era uno de los hombres más buscados del país por las autoridades, que ofrecían una recompensa de aproximadamente 1,5 millones de dólares.

El ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, precisó que "'Pablo' está requerido por homicidio agravado y concierto para delinquir y está comprometido en una matanza en 2004, de doce personas y de 30 desaparecidos, entre ellos niños y mujeres".

"Pablo" fue detenido tras meses de seguimientos e inteligencia de la Policía, añadió Rivera.

El presunto jefe de esa organización criminal fue arrestado en un lujoso vehículo en una avenida al norte de Bogotá.

"Pablo" tenía su centro de operaciones en la península norteña de La Guajira, territorio que disputaba con otra banda, la de "los Paisas" y entre ambos sembraron el terror en las comunidades de la etnia wayúu que allí se asientan.

Desde ese territorio norteño enviaba drogas a Estados Unidos, Europa y Centroamérica, señalaron las autoridades.

martes, 2 de noviembre de 2010

COMUNICADO

DENUNCIA URGENTE DE LA ORGANIZACIÓN WAYUUMUNSURAT- MUJERES TEJIENDO PAZ, ASOCIACIÓN AKOTCHIJIRAWA EN CONTRA DE LAS AMENAZAS A LAS LIDEREZAS WAYUU DE LA COMUNIDAD DE BAHÍA PORTETE.

En el Marco de la semana por la memoria se dio a conocer la presentación pública del Informe de Memoria Histórica, La masacre de Bahía Portete: Mujeres Wayuu en la Mira, en el que la comisión nacional de reparación y reconciliación dio a conocer al país y al mundo los hechos ocurridos el 18 de abril del 2004, por integrantes paramilitares del bloque norte de las AUC, al mando de jorge 40.
A raíz del informe se han presentado una serie de ataques sistemáticos contra la comunidad especialmente contra las liderezas, se han presentado agresiones contra oficina de la organización wayuumunsurat- mujeres tejiendo paz,
Ante estos hechos de lesa humanidad, Deborah Barros Fince, perteneciente al clan Uriana y miembro de la Comunidad de Bahía Portete, Directora de la organización wayuumunsurat Mujeres Tejiendo Paz inició una campaña para dar a conocer y denunciar la masacre de esta Comunidad, y desde entonces su vida y la de los miembros de su familia, la organización han estado marcados por intimidaciones, amenazas e intentos de asesinato, pero aun así la lucha de la comunidad de bahía Portete ha seguido su avance para dar a conocer, exigir la verdad y conseguir la justicia para aquellos que aun deambulan en espera de llegar al descanso eterno en Jepirra.
Hoy en día las amenazas e intimidaciones en contra de Deborah Barros, Telemina Barros, Carmen Fince, Vicente Gutiérrez, su familia aun persisten y se hacen más constantes, e inclusive se han extendido a compañeros y amigos del proceso de Bahía Portete. Hacemos una síntesis breve de los hechos acaecidos últimamente:
1. la organización wayuumunsurat-mujeres tejiendo paz, esta ubicada en la carrera 14ª # 33-31 Barrio los Olivo, donde a las 9:00 de la mañana del 7 de octubre del 2010 dos hombres en una motocicleta se roban el letrero de la organización.
2. El Dia 8 de octubre 2010, la sorpresa mas grande conseguir unos grafitis AGC-P en nuestra sede.

3. El día 13 del mes OCTUBRE siendo las 15:20 horas aproximadamente, nos encontrábamos en desplazamiento desde la calle 23 con carrera 8 hacia la carrera 14ª con calle 33 en la ciudad Riohachas, cuando a la altura de la calle 27 con carrera 8 detectamos la presencia de una motocicleta bóxer color negro con dos personas a bordo de sexo masculino a bordo que vestían blue jeans y chaqueta manga larga oscura y casco cerrado en actitud sospechosa, la cual nos venía siguiendo desde la calle 27 con carrera 8, los escoltas realizaron una maniobra evasiva para descartar sospechas y constatar si efectivamente la motocicleta en mención venía haciéndonos seguimiento, sospechas que fueron confirmadas luego de dos maniobras evasivas, continuamos la marcha hacia el lugar de destino, según el cronograma de ruta, de inmediato se procedió a informar a la central de la PONAL sobre la situación. Ya en el punto de destino (Carrera 14ª # 33-31) la oficina detectamos nuevamente la misma motocicleta con los dos pasajeros, quienes se habían quitado las chaquetas y vestían prendas diferentes, que pasaron por el lugar en mención, se informó nuevamente a la central y se pidió apoyo Policial en varias ocasiones, mientras realizábamos procedimientos de observación de entorno para descartar ataques sorpresa, al salir a la carrera 14ª detectamos a uno de los sujetos que caminaba hacia el lugar donde nos encontrábamos con la protegida mientras el otro aguardaba en la motocicleta en la esquina de la carrera 14ª con calle De in mediato procedimos a evacuar a la protegida del lugar a TELEMINA BARROS CUADRADO, BETTY GRANADILLO,WILIAM TORO FINCE, YENIFER POSADA con las respectivas medidas de seguridad y de acuerdo a los protocolos y procedimientos de Protección, en momentos en que hacían presencia dos patrullas de Vigilancia. Al notar la presencia de las patrullas, los sujetos en mención se retiraron del lugar sin ser detectados por los efectivos que se movilizaban en dichas patrullas debido que en el lugar indicado había una aglomeración de personas que al parecer, y según manifestaron los vecinos del sector, buscaban en el suelo de la calle las llaves de un vehículo que se habían perdido. Informe del esquema de seguridad.
4. El día martes 27 de julio siendo las 6:00 PM, cuando Deborah Barros se dirigía a visitar a uno de sus familiares a las afueras de la ciudad de Riohacha, por la vía que conduce a Valledupar en el KLM 2, repentinamente se sintió un impacto en el vehículo, seguidamente procedimos llegar hasta la ciudad y fue así como se evidencio un impacto de bala en el vehículo, en esta ocasión se encontraban en el vehículo que presta el servicio de transporte asignado por el ministerio del Interior y Justicia a la Señora Carmen Cuadrado, los familiares de Deborah Barros entre ellos Carmen Cuadrado, José Barros y el escolta designado por la Policía Nacional,


5. El pasado 26 de febrero de este año en la residencia de la dirigente Débora y Telemina, en horas de la madrugada varios sujetos extraños lanzaron una piedra a las ventanas, impactando y dañando en gran parte a la residencia.
6. nos han dado a conocer que Deborah Barros aparece entre los archivos que hacen parte de las famosas chuzadas efectuadas por el Departamento Administrativo de Seguridad DAS, este sin lugar a dudas es un hecho grave que merece de la atención de todas las organizaciones e instituciones que defienden los Derechos Humanos, porque no solo queda demostrado el seguimiento a Deborah Barros, sino, que evidencia dicho seguimiento al círculo de amigos y compañeros del proceso de bahía Portete.

Ante esta situación denunciamos este caso a los organismos defensoras de Derechos Humanos y al Sistema de Alertas Tempranas, por creemos que existe un listado de amigos del proceso de bahía Portete en manos de los organismos de seguridad del estado y puede ser utilizado para atentar contra cualquiera de los amigos de bahía Portete.

Solicitamos:

1. Que le escriban al gobierno Colombiano para brindar y garantizar protección a los miembros de la organización wayuumunsurat-mujeres tejiendo paz, por las múltiples amenazas, atentados, grifitis.
2. Que garanticen el retorno de la comunidad de Bahía Portete, a su territorio ancestral con todas las Garantías.
3. Que se de pleno y efectivo cumplimiento a los autos emitidos por la honorable Corte Constitucional, como el auto 004 que tiene que ver con la creación de planes de salvaguardar para los pueblos indígenas en riesgo de extinción a causa del conflicto armado.

4. Se investigue los hechos mencionados por parte de las instituciones competentes.

ORG.WAYUUMUNSURAT- MUJERES TEJIENDO PAZ.
wayuumunsurat@yahoo.com
wayuujepirra@hotmail.com
mujertejiendopaz@yahoo.es

lunes, 1 de noviembre de 2010

LANZAMIENTO DEL LIBRO MASACRE BAHIA PORTETE: MUJERES WAYUU EN LA MIRA

Las mujeres de la costa caribe colombiana, son simbolos de paz por su resistencia.
lidereza wayuu: Debora Barros Fince

muchas gracias a todos los participantes que acompañaron a la comunidad de bahia portete, en ese dia tan especial de compartir una verdad que marco la historia de una comunidad ubicada en desierto de alta guajira, la satifacion de haber recibidos solidaridad de cada uno de los presentes.


las mujeres tejiendo paz, siempre con la resistencia de lograr construir memorias en cada uno de los presntes en marco del lanzamiento del libro.



la lidereza: Telemina Barros F. en el lanzamiento institucional de la semana de la memoria historica con señor vicepresidente Angelino Garzon, Doctor Eduardo Pizarro leongomez, Gonzalo Zanchez.

TALLER PROGRAMA DE LA CONVIVIENCIA RIOHACHA

equipo promotor de la guajira, pnud
las mujeres tejiendo paz, trabajando por la convivencia de construir un red de organizaciones de victimas para lograr uno objetivos de visibilizar los impacto que el conflicto a dejado en los diferente hogares de mujeres, hombres, sectores sociales, indigenas, afrodecendientes en la guajira.
seguiremos construyendo con la palabra nuestra fuerzas en esta lucha que ha llevado a las mujeres asumir compromisos y retos de mostrar la indiferencia que han vivido por culpa de conflicto que ha marcado la historia de un pais, hermoso lleno de riquesas, biodiversidad, etnias y calides unica especialmente el pueblo wayuu y su gente guajira.

taller programa de la convivencia

martes, 19 de octubre de 2010

Bacrim, la nueva violencia que atemoriza a La Guajira


Las primeras amenazas comenzaron con letreros de las Autodefensas Gaitanistas.

Por Redacción Judicial

RIOHACHA.

Con sus pocas pertenencias y el recuerdo más grande que le dejó su marido, una niña de 5 meses, Karen Cabadía abandonó esta capital protegida por la Policía. La noche del martes su compañero José Luis Jaimes Rodríguez fue asesinado por un sicario menor de edad.

El objetivo del asesino era el tendero Wilson Quintero, propietario de Provisiones Janer, pero terminó matando al ayudante de este.

Horas más tarde, a las 9 p.m., el mismo sicario asesinó en la zona céntrica, calle 11 con carrera 7, a Omar Augusto Uribe Muñoz, dueño de la reconocida carnicería Tuto Uribe.

Los homicidios de los dos comerciantes se sumaron a los no menos de 20 que este año se han registrado en la capital de La Guajira, producto de las extorsiones que bandas criminales o bacrim están cobrándoles a la mayoría de los tenderos, ferreteros, dueños de restaurantes, ‘pimpineros’ de gasolina, colmeneros del mercado y taxistas, entre otros.

“A los taxistas les están exigiendo 2.000 pesos diarios, y si son cerca de 8.500 imagínese la plata que está de por medio”, advierte un conocedor de esta problemática.

NADIE DENUNCIA. Reporteros de EL HERALDO, enviados a Riohacha y Maicao, establecieron que hoy Los Urabeños y Los Rastrojos se están peleando este millonario botín.

“A los tenderos los están extorsionando para que paguen 5 mil pesos diario o 150 mil al mes”, reconoce el coronel Héctor Cruz, comandante de la Policía de La Guajira quien, al igual que el director del DAS, Juan Carlos Gutiérrez, se lamenta por la falta de colaboración y el temor a denunciar.

“Sabemos que hay extorsiones pero si los afectados no colaboran es difícil judicializar, rápida y efectivamente, a estos delincuentes”, dice Gutiérrez.

Un recorrido por sectores riohacheros permitió observar que en las paredes de tiendas y esquinas de Entre Ríos, Los Nogales, Los Olivos, La Mano de Dios y El Divino Niño, entre otros barrios, las bandas criminales han pintado grafitis como parte de sus amenazas.

“Cada vez que hay un crimen se van dos o tres comerciantes de los sector afectados, especialmente tenderos. Algunos de ellos son además prestamistas. Podría calcularse que se han marchado unos 35”, afirma un microempresario.

EN MEDIO DE LA VIOLENCIA. En poder de investigadores de la Policía hay un panfleto en el que Los Rastrojos exigen el pago de extorsiones y además les advierten a sus víctimas que no pueden seguir colaborándoles a Los Urabeños ni a la llamada bacrim de la Alta Guajira, que comanda Arnulfo Sánchez, alias El señor del desierto o Pablo, un paramilitar pura sangre responsable de la masacre de Bahía Portete, el 18 de abril de 2004, que no se desmovilizó y sigue manejando los cargamentos de cocaína hacia el Caribe y Centroamérica.

Como quien dice: si pagan o si se niegan a hacerlo, los extorsionados están en la mira de estas organizaciones.

Desde el 1o. de enero y hasta el pasado 16 de octubre en Riohacha se habían registrado 97 homicidios, es decir 26 más que los reportados para la misma fecha en 2009.

Maicao, igual de grave. Aunque en el fronterizo municipio de Maicao los crímenes en 2010 han disminuido —van 75, es decir 11 menos que los registrados en 2009— los problemas de inseguridad siguen siendo graves: han aumentado los secuestros. De los cinco que este año se han presentado en La Guajira, tres han sido comerciantes de esa población.

“Varios árabes se han ido para Punto Fijo (Venezuela), a pesar de los problemas de inseguridad en ese país, porque no quieren que los secuestren ni que los extorsionen las bandas criminales, pues a ellos sí les piden millones”, comenta un comerciante.

El 29 de octubre, el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, asistirá a un consejo de seguridad y se espera que se tomen medidas efectivas para enfrentar la nueva violencia que atemoriza a los guajiros.

CRIMINALIDAD

Entrenado para matar. A pesar de sus 14 años, el sicario caleño que mató a Jaimes y Uribe estaba entrenado para matar. Es tal su entrenamiento que, gravemente herido, le mintió a las autoridades y dio dos nombres falsos. El homicida sigue recuperándose.

“Extorsiones a guajiros las hacen desde la Modelo de Barranquilla”

Coronel Héctor Cruz, comandante Policía La Guajira.

RIOHACHA.

Además de las extorsiones que las bandas criminales están haciendo directamente a tenderos y otros comerciantes de esta capital y Maicao, la Policía Nacional descubrió que las intimidaciones telefónicas también se hacen desde de la cárcel Modelo de Barranquilla.

El coronel Héctor Cruz Rocha denunció que el hallazgo lo hicieron hace tres meses. “Los delincuentes utilizan alias como Walter, Carlos, Javier, Mauricio, el del narcotraficante Pablo o el del comandante César para intimidar a sus víctimas”, indicó el oficial.

EL HERALDO conoció que investigadores de la Sijín detectaron que los celulares utilizados para las extorsiones son: 3135279625, 3017290611, 3017081328, 3003645988, 3104503699 y 3014356565.

De acuerdo con las investigaciones, los delincuentes hacen las llamadas durante las horas en que están en el patio de la cárcel, es decir de 8 a.m. a 12 p.m. y de 2 a 5 p.m., reveló el coronel Cruz Rocha.

Para confundir a sus víctimas, una vez hacen la llamada los reclusos apagan los celulares. Otra estrategia, para hacerles creer que se encuentran en un lugar distinto a una cárcel, es que utilizan ringtons —sonidos de celulares— que simulan el canto de un gallo o el llanto de un bebé, entre otros.

Las investigaciones están encaminadas a establecer con nombre propio quiénes son los delincuentes que encabezan estas extorsiones.

Es casi seguro de que en ellas participan ex paramilitares que se encuentran en la Modelo y ahora actúan como miembros de bandas emergentes. Asimismo, existe la sospecha de que lo han hecho miembros de la banda Los 40, que en el pasado prestaron sus servicios sicariales para el cobro de extorsiones al Bloque Norte del paramilitarismo, que comandó Rodrigo Tovar Pupo o alias Jorge 40.

Además de la Modelo, a los extorsionados también les han hecho llamadas de la cárcel de Palo Gohttp://www.blogger.com/post-create.g?blogID=1811220907807502304rdo, en Girón (Santander).

lunes, 11 de octubre de 2010

Cifras de indígenas muertos en el país no ceden

En lo corrido del año al menos un centenar ha fallecido a manos de grupos armados ilegales.
Así lo denunció la Organización Nacional Indígena (Onic).

Luis Evelis Andrade, director de la Onic, señaló que guerrilleros, ex paramilitares, narcotraficantes y miembros de las Fuerzas Militares "no entienden" su decisión de ser autónomos.

"Nuestro silencio lo interpretan como respaldo al bando enemigo y nos asesinan", señaló Andrade. También denunció que los indígenas "siguen siendo reclutados "a la fuerza por los violentos".

Según el colectivo étnico, el año pasado al menos 114 indígenas fueron víctimas de homicidios. Ante la gravedad de las cifras, hace dos meses el Sistema de Naciones Unidas en Colombia alertó sobre el peligro de extinción de varios pueblos indígenas y le pidió al Gobierno protección para ellos.
http://www.eltiempo.com/justicia/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-8111025.html

lunes, 4 de octubre de 2010

Las resistencias de las mujeres en el Caribe colombiano en una exposición

Esta es una exposición sobre mujeres inmersas en el reciente conflicto armado colombiano. Sus relatos, intentan hacer de sus experiencias un legado de resistencia y muestran cómo las mujeres son sujetos políticos dentro y fuera de la guerra. Las fotografías, objetos, dibujos y registros que conforman “Huellas y memorias de la guerra: resistencias de las mujeres en el Caribe colombiano” se podrán visitar hasta el 30 de enero de 2011 en la Sala de Exposiciones Bibliográficas de la Biblioteca Luis Ángel Arango. La entrada es gratuita


Rosa, Piedad, Yolanda, María, Magola, Carmen, Isabel, Débora, Telemina, Remedios, Soraya, las Mujeres Unidas de El Salado, Mercedes, María del Rosario, Mujeres de Mampuján… cada nombre es una historia que reproduce miles de historias y memorias de muchas voces. Mujeres que mantienen comunidades y familias: madres, esposas, hijas, viudas, huérfanas, maestras, líderes comunitarias o políticas a quienes el conflicto armado involucró. Si bien muchas mujeres hacen parte del conflicto como integrantes de redes armadas, también son las impulsoras de iniciativas de resistencia a la guerra.

Esta exposición parte de sus historias para narrar realidades más amplias: el impacto de la guerra reciente sobre sus vidas y las de sus comunidades en Guajira, Córdoba, Magdalena y Montes de María. “En el país muy poco se debate sobre las maneras cómo la violencia pública se entronca con la privada. ¿Qué ocurre por ejemplo con las mujeres que habitan zonas con una alta presencia de desmovilizados? ¿Éramos un país pacífico, de amables relaciones en el ámbito doméstico, antes de que se desatara la violencia? ¿Por qué nos cuesta tanto pensar en las articulaciones y engranajes entre costumbres privadas y patrones sociales públicos?”, subraya María Emma Wills, líder del Área de Memoria Histórica de la CNRR (Violencia contra las mujeres y representación política. El Espectador, 2008).

La exposición trata de construir un contexto regional para comprender las dinámicas y diferencias entre las poblaciones, enfatizando casos emblemáticos. Se realiza en el marco del lanzamiento de dos informes del Grupo de Memoria Histórica: La masacre de Bahía Portete: mujeres wayuu en la mira y La memoria histórica del conflicto desde las mujeres: conceptos y ruta metodológica. Las fotografías de Jesús Abad Colorado, objetos testimoniales y documentos, hacen énfasis en la destreza y persistencia de las mujeres para reconstruir sentidos de vida y dar cuenta de otras violencias que viven por fuera del conflicto armado.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Mujeres en la mira

VIOLENCIA DE GÉNEROLa masacre de Bahía Portete es el ejemplo más brutal de cómo los paras asesinaron a unas mujeres de la comunidad wayuu para garantizarse el control de la Alta Guajira.
Sábado 18 Septiembre 2010


Las mujeres no se tocan. No van a la guerra, no se violan, no se les expulsa de la tierra. Eso es lo que tenían por ley los indígenas wayuu, de La Guajira, hasta la masacre de Bahía Portete, en la que cuatro mujeres fueron torturadas, perseguidas, asesinadas con brutalidad, dos de ellas aún desaparecidas, y toda una comunidad desplazada.

El domingo 18 de abril de 2004 pasó lo impensable. Serían las 7 de la mañana cuando llegaron cinco camionetas y una moto, con unos 40 o 50 hombres. Los forajidos buscaban, lista en mano, a las familias Fince, Uriana y Epinayú. La primera en caer fue Margoth Fince, de 70 años, reconocida como una autoridad tradicional. La amarraron de pies y manos, la cortaron con hacha y machete y después le dispararon en el rostro. Luego llegaron a la casa de Rosa Fince, de 46 años, quien había emprendido la huida con su hermana Diana, de 40 años, y su sobrina Reina. Días después los familiares encontraron el cuerpo de Rosa. Tenía las manos amarradas por detrás, el vestido desgarrado, estaba decapitada y los senos cortados. De las otras dos mujeres no se ha vuelto a saber nada. En el camino, los asesinos se habrían encontrado con dos hombres a los que también dieron muerte. Uno de ellos, Rubén Epinayú, de la misma comunidad.

"La guerra entre clanes o familias wayuu ha sido parte importante de la historia de este grupo y está claramente regulada en cuanto a los motivos que la provocan y los mecanismos para resolver las disputas", dice el Grupo de Memoria Histórica en su informe liderado por Pilar Riaño y María Emma Wills.

La masacre era un desenlace previsible de la incursión paramilitar que desde hacía algunos años había propiciado uno de los propios miembros de esa comunidad: 'Chema Balas', cuyo nombre de pila es José María Barros, quien creía que en alianza con Jorge 40 podía resolver una disputa histórica.

Desde los años 80, Chema Balas y estas familias tenían aspiraciones por razones distintas a ser los dueños del puerto natural de gran calado que hay en Bahía Portete. Por allí ingresaban el contrabando, que es la actividad a la que se ha dedicado siempre el pueblo wayuu. Chema Balas enarbolaba el permiso que había recibido tiempo atrás su padre para usar el puerto, mientras las familias agredidas habían recibido el reconocimiento de que ese era su territorio ya que allí yacían sus muertos. Durante años hubo una disputa, pero no una guerra.

Pero a partir de 2002, los paramilitares se apersonaron del puerto, de la mano de Chema Balas. El Grupo de Memoria Histórica encontró que la masacre tuvo el deliberado propósito de golpear a las mujeres por ser ellas el sostén de la defensa del territorio. Ellas eran un obstáculo para los planes de expansión del jefe paramilitar Jorge 40. La idea de que estas muertes eran parte de una guerra fratricida e intestina proviene, según Pilar Riaño, de "un estereotipo muy extendido sobre los wayuu".

Bahía Portete es también un caso emblemático en el que las memorias conflictivas están latentes. Mientras los sobrevivientes de las familias Fince, Epinayú y Urania siguen desplazados en Venezuela, y apenas regresan cada año a conmemorar la masacre, la hija de Chema Balas, Damaris Barros, sufre porque su descendencia cargará con el estigma de los errores de su padre. "José María Barros Ipuana se equivocó -al igual que lo hicieron muchos otros hombres wayuu y alijuna en La Guajira- cuando pensó que podría buscar el apoyo de los grupos ilegales provenientes de otros lados, allende su territorio, para consolidarse como hombre fuerte en la Alta Guajira y, después de logrado su objetivo, dejarlos de lado sin más...".

La masacre de Bahía Portete es emblemática porque muestra que la guerra no solo genera pobreza y pérdidas materiales, sino que desordena los principios y valores de las comunidades. La codicia que suscitaron el control territorial y de recursos se impuso durante años, y este es quizá el reto más grande que tiene el Estado para reparar a las víctimas.

http://www.semana.com/noticias-nacion/mujeres-mira/144763.aspx

Bahía Portete: mujeres en la mira


Los dolorosos hechos ocurridos en la Guajira en abril del 2004 conocidos como la masacre de Bahía Portete constituyen el evento histórico más traumático sufrido en los últimos doscientos años por los miembros del milenario pueblo wayuu. Los sangrientos actos efectuados por los paramilitares contra inermes mujeres indígenas con la colaboración y probablemente con la participación activa de miembros de las fuerzas armadas colombianas han tratado de ser negados, tergiversados y por ultimo banalizados desde las esferas oficiales. Por haber sido realizada cuando se llevaban a cabo las conversaciones de paz en Ralito y por las múltiples muestras de depravación de sus perpetradores, debería avergonzar a quienes en los últimos ocho años han dirigido el estado colombiano.

El silencio deliberado sobre esta masacre es parte de una política de olvido entendida como la abolición pura y simple de un pasado reciente de inhumanidad. Abolir este pasado es también eliminar la posibilidad de reparar a las víctimas y juzgar a sus verdugos. Como lo ha afirmado el filósofo Alfredo Gómez Muller en su particular construcción de la idea de paz y reconciliación, los perpetradores asocian el olvido a la paz y, simétricamente, la memoria a la guerra y la violencia.

Como parte de su misión institucional el Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación dará a conocer tres nuevos informes que revelan lo ocurrido en las masacres de La Rochela, Bojayá y Bahía Portete. Es el primer informe público que reconstruye en detalle estos hechos basándose en una minuciosa investigación de campo y dentro de un apropiado contexto explicativo. El informe hace posible que el país y la comunidad internacional conozcan una dimensión del conflicto colombiano hasta ahora ignorada.

El Informe es certero al entender la razón paramilitar por fuera de su contexto convencionalmente justificatorio de lucha contra las Farc .El área en donde se cometieron los hechos es un resguardo indígena en donde no se encontraban poderosos hacendados y ganaderos que alegaran tensiones agrarias acumuladas o supuestos abusos de la guerrilla. Es en parte por ello que los paramilitares en La Guajira comandados por alias Pablo, autor material de la masacre y quien sigue libre, son vistos como un ejército de ocupación y jamás como un ejército de liberación.

Según el Informe, a través de la agresión sexual y la mutilación corporal de las mujeres asesinadas los paramilitares buscaron convertir estos actos en un medio para herir el honor de los hombres wayuu ya sea en su masculinidad como en su rol social de guerreros. El papel de las autoridades civiles y militares ha sido el de negar o tergiversar los hechos calificándolos como ancestrales guerras interfamiliares propias de los indígenas. La explicación dada por el paramilitar Jorge 40 y por los altos mandos militares fue la de que se trataba de enfrentamientos entre las autodefensas y la delincuencia común wayuu, estableciendo así una relación causal entre pertenencia étnica y comportamiento delictivo. .

Los hechos de Bahía Portete, sin embargo, pueden ser entendidos como la culminación de un proceso histórico de larga duración que busca la incorporación violenta de la población indígena de la Guajira a un orden económico y social basado en una visión uniformizante de colombianidad. Esta incluye la implantación de un modelo cultural de orden patriarcal y autoritario en una sociedad políticamente descentralizada y matrilineal.

weilderguerra@gmail.com

http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoConocimiento/B/bahia_portete_mujeres_en_la_mira/bahia_portete_mujeres_en_la_mira.asp?CodSeccion=52

sábado, 11 de septiembre de 2010

Las víctimas de Bahía Portete: entre la memoria del pasado y la reinvención del presente


Bahía Portete es una ranchería de la Alta Guajira donde vivían unos 600 indígenas Wayuu hasta el 18 de abril de 2004. Ahora viven allí tan solo cinco familias. El resto se desplazó y vive entre Maracaibo y Riohacha. La mayoría quisiera volver al resguardo donde un día los desplazaron los paramilitares. Pero no pueden, sus victimarios aún se mueven por la región.
El 18 de abril de 2004, mientras el gobierno discutía de paz con los paramilitares en Ralito, Córdoba, al otro lado de la Costa Caribe, a las siete de la mañana entraron a Bahía Portete paramilitares enviados por ‘Jorge 40', 'Chema Bala' y 'Pablo'. Los hombres del pueblo habían salido a pescar y en todo caso, los paras buscaban a unas mujeres con lista en mano.

Primero fueron por Margoth Fince Epinayú, de 70 años. La subieron a una camioneta, la amarraron de brazos y pies, la amenazaron con un hacha y un machete, le dispararon en la cara, y luego, ya muerta, la botaron en un cerro cerca de su casa. Otros paramilitares quemaron la camioneta de su hijo, donde se encontraban dos niñas que aún no se sabe si sobrevivieron. Igual, están desaparecidas.

Margoth era una de las fundadoras de la Asociación Indígena de Autoridades Tradicionales: Akotchikrrawa. Era maestra, intermediaba entre su comunidad y los blancos, preservaba la tradición oral y era dueña de una tienda, una camioneta y algunos animales que le daban un estatus social. Pero sobre todo, Margoth se oponía a una alianza entre la comunidad y los grupos paramilitares en la zona.

Después de Margoth, los paramilitares buscaron a Rosa Fince Uriana, quien también se oponía a la alianza. Junto con su sobrina Reina y su hermana Diana, las llevaron a una loma donde Rosa fue torturada. La decapitaron y cortaron sus senos. Desplazados de Bahía Portete, que trabajaron con el Grupo de Memoria Histórica de la Comisión de Reparación y Conciliación que acaba de presentar un informe preliminar sobre cuatro masacres emblemáticas, aseguran que también fueron torturados sus familiares, pero los cuerpos aún continúan desaparecidos. La masacre de Portete es única en el sentido en que las víctimas fueron casi todas mujeres y el informe de la Comisión busca explicar la violencia contra las mujeres a través de él.

Sólo un hombre fue asesinado en esta masacre, se llamaba Rubén Eponayú y tenía 18 años. Lo amarraron a una camioneta y lo arrastraron por la carretera hasta llegar al corregimiento de Nazareth. Tres hombres y tres mujeres más fueron torturados también. Sufrieron estas torturas, a la vista de todos, en lugares importantes para la comunidad como el jaguey, los cerros y el cementerio, donde los paramilitares también profanaron las tumbas.

Los paramilitares no encontraron a otras dos mujeres que buscaban, maestras en la escuela de Bahía Portete. Isabel Fince Epinayú y Yeicy Iguarán Fince habían salido del pueblo unos días antes. Se salvaron también las 140 personas que huyeron hacia el mar hasta la isla Amareu apenas se enteraron de la incursión paramilitar y otros que corrieron hacia el monte hasta llegar al comando de Cojoro, frontera con Venezuela y a tres días del pueblo. Bahía Portete quedó vacío. El proceso de paz con los paramilitares continuó en Ralito sin más.
La Memoria de la masacre

Según los testimonios recogidos por el Grupo de Memoria, se fueron los paramilitares, pero no sin antes dejar su versión de los hechos. En varias de las paredes de Bahía Portete dibujaron graffitis con la silueta de mujeres sexualmente abusadas. “Mensajes ofensivos que recordaban las violaciones de las mujeres, el rasgamiento de los senos, el abrir de los vientres”, dijo una de las víctimas a los investigadores.

Los graffitis siguen pintados en las paredes de las casas y en el centro de salud. “Se borran pero vuelven a aparecer, los vuelven a dibujar. Siguen ahí para intimidarnos, para que uno sienta pena, para que uno sienta miedo”, dijo a La Silla Vacía Débora Barros, líder de la organización de Mujeres Tejiendo la Paz, hermana y tía de dos de las mujeres asesinadas.
“Se borran pero vuelven a aparecer, los vuelven a dibujar. Siguen ahí para intimidarnos, para que uno sienta pena, para que uno sienta miedo” -Débora Barros-

Aparecen de nuevo porque los paramilitares, bajo otra sigla, siguen allí y todavía tienen a las mujeres en la mira. En la cultura wayuu, las mujeres son la conexión entre los indígenas y los blancos, y también entre los vivos y los muertos.

Los periódicos no reportaron la masacre sino 20 días después de que ocurriera. Y según el informe de Memoria Histórica, los únicos medios que contaron la versión de las víctimas fueron los venezolanos. En Colombia, los periodistas le dieron voz a los victimarios. En versión libre ante la Fiscalía, ‘Jorge 40’ admitió su responsabilidad en la masacre, pero justificándola al señalar a los habitantes de Bahía Portete de secuestradores y ladrones.

Débora Barros, junto con las organizaciones Waya Wayuu, Fuerza de Mujeres Wayuu, Red de Mujeres del Caribe y Wayuu Munsurrat, se han organizado para reconstruir los hechos y para que sea su versión la que perdure. Todos los aniversarios de la masacre en Bahía Portete, realizan un ritual llamado las Yanamas, en memoria de las personas que murieron ese 18 de abril. Pero, luego, deben devolverse a Riohacha y a Maracaibo. Su seguridad aún está en riesgo.
Un territorio Wayuu, pero una tierra en disputa
Tienen miedo de volver porque por más que ‘Jorge 40’ haya sido extraditado a Estados Unidos y ‘Chema Bala’ esté condenado a 38 años de cárcel, alias ‘Pablo’ no se desmovilizó y aún tiene mucho poder en la zona.

En Bahía Portete el conflicto armado no ha terminado ni existen condiciones para que cese pronto. Portete es un puerto donde el contrabando siempre ha sido una alternativa al poco empleo que hay y donde contrabandistas se aliaron con narcotraficantes regionales para negociar drogas, armas y gasolina.

Las Farc y el ELN tuvieron presencia en la Sierra Nevada de Santa Marta y en la Serranía del Perijá pero nunca alcanzaron a llegar a la Alta Guajira porque en 2002, llegaron los paramilitares a la zona. Y a pesar de que los indígenas de Bahía Portete avisaron sobre las amenazas en su contra, la unidad del Ejército adscrita al Batallón de Cartagena que había sido destinada para patrullar la ranchería, fue retirada días antes de la masacre.

Para los Wayuus no hay duda que allí se aliaron los militares con los paras de la zona, y por eso demandaron al Estado por omisión y complicidad del Ejército. Ya van cinco años desde que fue interpuesta la demanda. El Gobierno les ha manifestado a estas víctimas que es necesario conciliar porque las cifras que exigen son muy altas. No han llegado a un acuerdo aún.
Las mujeres de Bahía Portete no han querido entrar en el marco de la ley de Justicia y Paz porque les parece “una ley de impunidad” y por esto no han accedido a ningún tipo de reparación.
Para aquellas mujeres indígenas, cuyo cuerpo se convirtió en territorio de guerra, ¿tendrá la Ley de Víctimas que presentará el Gobierno la próxima semana algún consuelo?



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