miércoles, 12 de noviembre de 2014

“Hay energía positiva en los negociadores de las Farc”: Débora Barros Fince

Las dos víctimas costeñas que estuvieron en La Habana hablan para EL HERALDO.
Para Débora Barros Fince, la indígena wayuu que representó a las víctimas del conflicto armado nacional por La Guajira en la reciente reunión de La Habana, existe toda la disposición de llegar a acuerdos que permitan una paz verdadera. "Desde mi cosmovisión indígena pude percibir la voluntad de reconciliación que tienen y un verdadero arrepentimiento", dijo esta abogada. (Lea también"Sonreír por la paz es un derecho que no se nos puede negar a las víctimas": José Antequera).
Débora, víctima de las Autodefensas que le asesinaron y desplazaron a un grupo de familiares que estaban asentados en la población de Portete, se convirtió desde muy joven en promotora de Derechos Humanos con el objeto de trabajar para que no se volvieran a repetir más acciones criminales como las sufridas por su familia el 16 de abril de 2.004, cuando masacraron a 12 de su clan y desplazaron más de 500 nativos por toda la península, incluso Venezuela.
EL HERALDO habló con la líder indígena, luego de que regresara del encuentro de víctimas con las Farc realizado el pasado 16 de agosto en la isla caribeña.
¿Por qué dice usted que hay disposición de arreglar las cosas?
Vi una disposición clara de querer reconciliación con el país, de justicia y de querer la paz. Eso a mí me quedó bien claro y creo que tanto las Farc como el estado tienen la misma disposición, pero sabemos  que no es fácil, pero ya hay un avance importante.
¿Qué le preguntó a Iván Márquez?
Le pregunté por qué habían querido hablar con nosotros las víctimas y me respondió que desde el principio fue algo que estuvieron pidiéndole a los negociadores del Gobierno para poder tener un cara a cara en donde pudieran hablar de reconciliación y perdón. Yo le hablé de mi Departamento y le dije que soñaba con ver una guajira sin paramilitarismo ni guerrilla y fue cuando me dijo que tenía gran aprecio por el pueblo guajiro y que uno de los departamentos que más le ha dolido es justamente La Guajira, por el abandono en el que lo ha mantenido el Estado.
¿Le pidió algún informe sobre las víctimas que han causado en La Guajira?
Simplemente le dije que era importante que tuvieran en cuenta la verdad y la justicia para todo el país. Claro siendo yo wayuu, no quiero que solo sea La Guajira, sino de todo el país, porque no representábamos una región sino a Colombia y queríamos claridad. Me dijo que estaban trabajando en la construcción de la memoria histórica.
¿Por qué siendo víctima de las AUC fue a un encuentro con las Farc?
Desde que tenía 10 años ya me había convertido en una promotora de Derechos Humanos y era una reunión con un universo de Colombia en donde las víctimas son de diferentes actores, eso lo teníamos claro todos los asistentes. Cuando vi contar las historias de las doce víctimas que estuvieron en La Habana yo también lloré, no es posible una diferencia, las víctimas somos una sola.
¿Qué inquietudes le surgieron?
Le quiero recomendar al Gobierno que no se levante de la mesa de diálogos, sé que se puede concertar y dialogar. La posición del Estado es clara, la posición de la Farc es clara, pero ellos no pueden pensar solo en sus intereses, sino en todo el país.
¿Cree que realmente hay arrepentimiento de las Farc?
Los wayuu tenemos una cosmovisión diferente a la de los occidentales, creemos en los sueños e interpretamos los gestos de las personas, por eso cuando Rodrigo Granda nos habló para pedirnos perdón y le vi sus ojos y el temblor de sus labios, supe que lo hacía con verdadero arrepentimiento. Hay energía positiva. Creo que están en buena tónica y este proceso seguro que saldrá adelante.



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