Con un liderazgo apto, y determinacion firme para defender los derechos humanos,el respeto de la dignidad humana,la equidad, trabajar por las mujeres que han sido el blanco y han sufrido, por las victimas de las comunidades indigenas de la sociedad civil en marco del conflicto armado, la autodeterminación de los pueblos y el desarrollo social, comprometiéndonos a luchar por la unidad nacional y la solidaridad con tod@s, junto a los hermanos no indígenas solidarios a nuestra causa.
jueves, 1 de abril de 2010
Génesis de la mujer Wayúu según la tradición Kággaba
por Relato narrado por Mario Niño Solís [2] Monday, Mar. 29, 2010 at 9:42 AM
desdeelcorazondelmundo@yahoo.es
Una mirada desde los Kággaba (Kogui) sobre el origen de la mujer Wayúu en donde se manifiesta una primigenia alianza que posibilitó el simbólico intercambio de conocimientos y saberes: la flecha guerrera aportada por los Wayúu y el conocimiento de la mujer brindada por los Kággaba.
En antigua los Wayúu vivían en Mamarongo, en la Sierra Nevada de Santa Marta. Allí tenían dos Nunhué [3] donde hacían los pagamentos [4], las ofrendas y aseguranzas, Aba Kunchavíta (madre de Wayúu) y Ade Sabúnchi (padre de Wayúu).
Ade Sabúnchi se convirtió en piedra, en una piedra grande, parada y filuda cerca de Mamarongo, en la cabecera del río Bomba, arriba del río Machetiao. Allí hay dos Nunhué de cerros grandes donde se hacen las ofrendas de Wayúu. Actualmente este sitio es protegido y cuidado por los Mamas Kággaba (Kogui).
En esa época los Wayúu eran un conformado exclusivamente por hombres, no tenía mujeres. Eran expertos guerreros y cazadores, diestros en el arte de tirar con arco y flechas. Como no conocían mujer, cuando veían una decían “ahí viene un gusano”. Diciendo esto las mataban con sus flechas. Esas mujeres eran Kággaba puesto que no había mujeres Wayúu.
Un día el jefe Wayúu, el gran cazador y guerrero, mató a una muchacha recién picada de murciélago [5]. Ella se encontraba en el bosque recogiendo frutos silvestres e insectos. Él la vio como gusano y le lanzó una flecha que le entró por la nalga y le salió por encima de la cabeza.
Cerca de allí se encontraba el padre de la muchacha, Mama Seihukúkui, quien con trabajo ritual la revivió y la curó. Luego de esto buscó al Wayúu, lo llevó a su Nunhué y allí lo aconsejó.
Durante cuatro noches y cuatro días lo arrodilló y luego le enseñó: “¿Tu no sabes qué es mujer? Mujer es sabrosa. ¡Conoce mujer! Mujer hay que querer y cuidar”. Lo hizo acostar con esa mujer para después entregársela como esposa.
El Wayúu duró un tiempo allí, en la Nunhué de Mama Seihukúkui, quien le entregó poporo, le enseñó el arte de adivinar y a hacer trabajo ritual. Luego de aprender bien las enseñanzas y llegar a ser un reconocido Mama lo enviaron a vivir fuera de la Sierra Nevada de Santa Marta, cerca del mar.
“Tu no puedes vivir acá en la Sierra Nevada, ya que esta tierra es de nosotros, nos la dejó nuestra madre y nuestro padre para que la protejamos y la cuidemos. Vete con tu gente para la orilla del mar. Tu tierra es Akuuba [6]. Allí vas a cuidar esa tierra y también la nuestra. Cuando venga gusano verde o gusano amarillo [7] nos avisas y nos ayudas a acabarlos”, le dijeron los Mamas.
“En Akuuba hay una piedra donde están dibujados los símbolos de cada uno de los linajes de tu gente. Allí se formó también una laguna, quien es la madre de tu gente”, cuentan que los Mamas continuaron diciéndole.
El jefe Wayúu caminó con su mujer y su gente en busca de Akuuba. De la descendencia de su mujer Kággaba nacieron las mujeres Wayúu, razón por la cual se pueden encontrar similitudes entre las mujeres Wayúu y las mujeres Kággaba.
El guerrero Wayúu partió sin la flecha, con la cual había atravesado a la Kággaba que luego sería su mujer. La flecha fue llevada a Makotama y guardada en el Nunhué de gobierno [8]. Es la flecha-guerrero. Es el guerrero del Mama. Allí está puesta arriba en el Nunhué, con la punta dirigida hacia el firmamento en época de paz.
Cuando los Kággaba somos agredidos por la garza blanca [9], el Mama Mayor de Makotama, hace trabajo ritual, baja la flecha, invoca a la madre Kunchavíta, la madre de Wayúu, hace ofrendas y realiza la danza del guerrero: “Madre, ¡ayúdame! ¡Préstame al guerrero!”. Pone de nuevo la flecha arriba en el Nunhué, pero ahora está con la punta hacia abajo. El guerrero comienza a combatir y hace que los enemigos se acaben entre ellos mismos.
Notas:
[1] El título es nuestro. Relato recogido en Dibulla (La Guajira) en febrero de 1989 por William Torres Carvajal y publicado dentro del artículo titulado "Guerrero de cultura" aparecido en: Falsas Riendas. Revista de Arte y Pensamiento. No. 4. Año 3. Bogotá, D.C. 1989-1990. Pp. 7-8.
[2] Kankuamo nacido en Atánquez (Valledupar), hablante de Ikun, el idioma vernáculo de los Ika (Arhuacos). En la década de los años setenta del siglo pasado trabajó estrechamente con Liberato Crespo, quien es considerado el primer Cabildo-Gobernador del pueblo Ika, pese a que antes de él, por un efímero período de seis meses y hasta su fallecimiento, fungió como tal Pastor Niño. Posteriormente, y a lo largo de toda su vida, convivió con los Kággaba de la vertiente norte de la Sierra Nevada de Santa Marta, hasta el punto de ser considerado, desde una perspectiva ritual, uno de sus guerreros. Su principal preceptor de la tradición Kággaba fue Mama Kankuimáko de Takina, a quien le escuchó la historia que aquí se transcribe.
[3] Nunhué: Templo Ceremonial, espacio privilegiado de la palabra.
[4] Pagamentos: Ofrendas rituales entregadas a los ancestros para propiciar el buen devenir de los acontecimientos y para que todo fluya sin contratiempos.
[5] Murciélago en koguian, lengua de los Kággaba, se dice Núiyi. Se dice de una mujer que está “recién picada de murciélago”, cuando le ha llegado la menarquia, lo cual obliga a un rito de paso y de iniciación luego del cual podrá establecer una familia.
[6] Akuuba: En wayúunaiki, idioma de los Wayúu, este lugar se conoce con el nombre de Amurrurú, y corresponde al corregimiento de Nazareth, jurisdicción de Uribia, en la Alta Guajira.
[7] Esto ocurrió mucho tiempo antes de la llegada de los invasores españoles, cuando los Mama ya habían previsto su llegada. En sus visiones los españoles eran vistos como gusanos grandes, verdes y amarillos, que devoraban todo lo que encontraban a su paso, cosas y gente.
[8] Efectivamente en Makotama existe un Nunhué especialmente destinado para abordar todo lo relacionado con el gobierno de la Sierra Nevada de Santa Marta. Aquí se ubica la flecha-guerrero.
[9] Garza blanca: Metáfora para designar al “hermanito menor”, al “civilizado”, al “blanco” o, como se dice en koguian, yaldyi.
Ilustración de Felipe García tomada de: http://ilustracionesuenos.blogspot.com/2009/09/ilustraciones-recientes-felipe-garcia.html
Etiquetas:
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