En marco del dia internacional de la Mujer, MUTEPAZ les damos a conocer una investigacion de otro tipo de sufrimiento que han vivido las mujeres wayuu en marco del conflicto armado,
Las mujeres wayuu,
víctimas de violencia sexual a raíz
del conflicto armado.
Los wayuu son vulnerables en el
contexto del conflicto armado, en especial sus mujeres debido a que ocupan
territorios estratégicos para las partes en conflicto, las redes de
narcotráfico y empresas extranjeras (multinacional), el pueblo wayuu se encuentra en peligro de extinción física o
cultural a causa del conflicto armado y el desplazamiento que ha vivido durante
los últimos 10 años. Auto 004 de 2009, corte
constitucional.
El conflicto armado somete a las
mujeres wayuu a prostitución forzada, violencia sexual y enamoramiento de
mujeres y jóvenes como táctica bélica y ofensiva, principalmente por parte de
los actores armados ilegales.
VIOLENCIA
SEXUAL SISTEMÁTICA
En algunas comunidades se han
documentado casos en los cuales se utiliza una, llamémosla de esta manera “TÁCTICA DE ASENTAMIENTO TERRITORIAL ABUSIVO”.
Esta “TÁCTICA DE ASENTAMIENTO
TERRITORIAL ABUSIVO ”, consiste en hacer presencia constante en las
comunidades indígenas determinar que necesidades presenta la familia en
cuestión, proceder a llevar regalos,
comida o haciendo agasajos a las niñas o sus madres con el único fin de
enamorarlas, cometerles acceso carnal abusivo,
para posteriormente utilizarlas como objetos sexuales
e informantes
sobre actividades propias de sostenimiento de la comunidad, rutas de acceso y movilidad,
líderes de la misma y ya obteniendo todo lo anterior abandonarlas en el mejor
de los casos solamente embarazadas o en el peor con enfermedades de transmisión sexual o muertas cuando ya no son de
utilidad para sus fines de lucro económico y poder territorial o conocen alguna
particularidad del grupo armado ilegal.
Muchísimos de los
casos de violencia sexual se encuentran en el anonimato al no ser denunciados por unas razones muy específicas el
MIEDO,
LA PENA, LA VERGÜENZA, SEÑALAMIENTO, RECHAZO, ser mujer e indígenas hace que los
efectos y la utilización de las mujeres en la guerra causen daños diferenciados
en su vida personal, familiar, de liderazgo y comunitaria.
Pese a la obligación del Estado
Colombiano, no existe una política pública con enfoque diferencial de género
para atender a la población desplazada e indígena. como tampoco una política para prevenir,
investigar y sancionar la violencia sexual en contra de las mujeres en el marco
del conflicto armado, ahora pensemos en una mujer wayuu víctima de violencia
sexual, si esta, busca atención
médica, y para ello vence motivos disuasorios como lo son la vergüenza, el
temor por su seguridad, las dudas sobre la fiabilidad de los servicios y la
posibilidad de una revictimización, esta se enfrenta a la falta de preparación
y recursos técnicos de los prestadores del servicio.
Una trabajadora de salud de un
hospital del centro del país entrevistada por la ONG Médicos Sin Fronteras aceptó que no manejaban ni antirretrovirales
ni un portafolio o protocolo de atención a víctimas de violencia sexual, así
como no contaban con un psicólogo como terapeuta o con orientaciones
específicas sobre las particularidades de la agresión, ahora traslademos esto
hasta nuestro municipio la guajira donde las condiciones de salud para los
indígenas son paupérrimas hasta para la afección más mínima.
GRAFITIS
DE TORTURAS SEXUALES OTRA FORMA DE
VIOLENCIA.
Para el pueblo wayuu y muchas familias
es muy difícil abordar un tema tan fuerte pero el paso para eliminar estas
formas de degradación humana, hay que darlo con firmeza, enfrentando todos
aquellos miedos que nos aquejan a diario incluso enfrentando pensamientos
contrarios y decisiones de la comunidad de no abordar esta clase de temas y que
no son más que aquel miedo que el atacante sexual quiere que sintamos para
satisfacer su sadismo, su instinto más sucio y el cual no estoy dispuesta a
dejar que me agobie ni me intimide.
Grafitis de terror sexual
Estos mensajes asquerosos fueron dejados por los
perpetradores de la masacre en Bahía Portete (Alta Guajira), con el fin de aterrorizarnos.
Y se puede decir que
en gran parte han logrado su cometido ya que la comunidad de Portete nunca más será la
misma después de estos hechos, sin embargo hoy venimos con más fuerza que nunca
a dejar
el nombre de la mujer wayuu en lo más alto, por ser
dadoras de vida y ser eje central de pervivencia cultural.
Quisimos contar lo difícil y tormentoso que ha sido el
pensar que ellos pudieran salirse con la suya, esta tortura psicológica que no
solo me atormenta a mí, sino a toda una comunidad que ve en esos grafitis su
propia condición de víctima sexual potencial,
Por eso hoy quiero que todo el mundo se ponga en los
zapatos de una víctima sexual wayuu y en especial de las situaciones que
enfrenta su comunidad con respecto a estos casos para que de verdad comprendan
la magnitud del miedo, la vergüenza no solo de la víctima de violencia sexual
si no de su familia.
CUANDO
UNA MUJER WAYUU ES VIOLADA, SE VIOLA TAMBIÉN EL TEJIDO SOCIAL DE LA COMUNIDAD.
Sabemos que la cultura wayuu es matriarcal pero con una
importante influencia masculina esto genera una serie de conflictos mentales y
sentimientos encontrados de Rabia, Tristeza, Dolor, Vergüenza, Impotencia, obligando a callar y aislarse mentalmente en
el miedo, debido a todas estas situaciones es por las cuales esta clase de hechos no salen a la luz pública ya
que desdibujan la escencia del hombre wayuu que se siente vulnerado en su honor
y hombría al no haber podido defender su familia y con esto también quiebra
todo un tejido social ya que en la cosmovisión del wayuu como hombre protector
de su familia, considera a la mujer fuera de todo conflicto “Ni mujeres ni Niños
en la guerra”
Quise hacer énfasis en mi propia historia no puedo callar
mas a pesar del miedo que siento y el asco de pensar en caer en manos de esos asesinos
que se han encargado de decirme con esos mensaje lo cruel que ellos van hacer
conmigo, toda esta situación con lleva a
matarnos de tristeza, e impotencia . Las amenazas vienen a raíz de las
denuncias de la masacre de Bahía Portete, quienes acabaron con la paz de dos
familias y logrando el desplazamiento más grande que ha vivido el pueblo wayuu,
Los grafitis son otra forma de violencia sexual y ultraje a
las mujeres y a la comunidad. Los pintan en los muros de las casas. En las
cuatro visitas de campo de MH a Bahía
Portete se pudo observar y registrar fotográficamente estos grafitis. En las
visitas de campo 2009 y la de 2010, se encontraron nuevos grafitis amenazantes;
en todos los casos se recurre a imágenes de penetración y violación del cuerpo
de mujer (por la boca, vagina y ano) e incluyen los nombres de una de las
lideresas del proceso.
Este tipo de crímenes sexuales que utilizan la tortura
directa sobre los cuerpos y lo refuerzan a través de la violencia simbólica y
discursiva, mediante dibujos y mensaje de violencia sexual, tiene como
propósito humillar, acallar y castigar a mujeres emblemáticas por su liderazgo
social entre los wayuu. Así mismo, estos actos criminales agreden el mismo
cuerpo de la mujer, el espacio domestico y el comunitario, lo cual evidencia
también en el hecho que el propio territorio carga las huellas no solo de los
vestigios históricos sino las de la masacre.
Tomado del Informe de memoria histórica pág. 86 . CNRR
Trabajo realizado gracias a la colaboración conjunta de
CARMEN FINCE, TELEMINA BARROS C, ELDA LUBO, KATY FINCE.
Debora Barros Fince
Abogada
Directora- Organización
wayuumunsurat- MUTEPAZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario