martes, 19 de octubre de 2010

Bacrim, la nueva violencia que atemoriza a La Guajira


Las primeras amenazas comenzaron con letreros de las Autodefensas Gaitanistas.

Por Redacción Judicial

RIOHACHA.

Con sus pocas pertenencias y el recuerdo más grande que le dejó su marido, una niña de 5 meses, Karen Cabadía abandonó esta capital protegida por la Policía. La noche del martes su compañero José Luis Jaimes Rodríguez fue asesinado por un sicario menor de edad.

El objetivo del asesino era el tendero Wilson Quintero, propietario de Provisiones Janer, pero terminó matando al ayudante de este.

Horas más tarde, a las 9 p.m., el mismo sicario asesinó en la zona céntrica, calle 11 con carrera 7, a Omar Augusto Uribe Muñoz, dueño de la reconocida carnicería Tuto Uribe.

Los homicidios de los dos comerciantes se sumaron a los no menos de 20 que este año se han registrado en la capital de La Guajira, producto de las extorsiones que bandas criminales o bacrim están cobrándoles a la mayoría de los tenderos, ferreteros, dueños de restaurantes, ‘pimpineros’ de gasolina, colmeneros del mercado y taxistas, entre otros.

“A los taxistas les están exigiendo 2.000 pesos diarios, y si son cerca de 8.500 imagínese la plata que está de por medio”, advierte un conocedor de esta problemática.

NADIE DENUNCIA. Reporteros de EL HERALDO, enviados a Riohacha y Maicao, establecieron que hoy Los Urabeños y Los Rastrojos se están peleando este millonario botín.

“A los tenderos los están extorsionando para que paguen 5 mil pesos diario o 150 mil al mes”, reconoce el coronel Héctor Cruz, comandante de la Policía de La Guajira quien, al igual que el director del DAS, Juan Carlos Gutiérrez, se lamenta por la falta de colaboración y el temor a denunciar.

“Sabemos que hay extorsiones pero si los afectados no colaboran es difícil judicializar, rápida y efectivamente, a estos delincuentes”, dice Gutiérrez.

Un recorrido por sectores riohacheros permitió observar que en las paredes de tiendas y esquinas de Entre Ríos, Los Nogales, Los Olivos, La Mano de Dios y El Divino Niño, entre otros barrios, las bandas criminales han pintado grafitis como parte de sus amenazas.

“Cada vez que hay un crimen se van dos o tres comerciantes de los sector afectados, especialmente tenderos. Algunos de ellos son además prestamistas. Podría calcularse que se han marchado unos 35”, afirma un microempresario.

EN MEDIO DE LA VIOLENCIA. En poder de investigadores de la Policía hay un panfleto en el que Los Rastrojos exigen el pago de extorsiones y además les advierten a sus víctimas que no pueden seguir colaborándoles a Los Urabeños ni a la llamada bacrim de la Alta Guajira, que comanda Arnulfo Sánchez, alias El señor del desierto o Pablo, un paramilitar pura sangre responsable de la masacre de Bahía Portete, el 18 de abril de 2004, que no se desmovilizó y sigue manejando los cargamentos de cocaína hacia el Caribe y Centroamérica.

Como quien dice: si pagan o si se niegan a hacerlo, los extorsionados están en la mira de estas organizaciones.

Desde el 1o. de enero y hasta el pasado 16 de octubre en Riohacha se habían registrado 97 homicidios, es decir 26 más que los reportados para la misma fecha en 2009.

Maicao, igual de grave. Aunque en el fronterizo municipio de Maicao los crímenes en 2010 han disminuido —van 75, es decir 11 menos que los registrados en 2009— los problemas de inseguridad siguen siendo graves: han aumentado los secuestros. De los cinco que este año se han presentado en La Guajira, tres han sido comerciantes de esa población.

“Varios árabes se han ido para Punto Fijo (Venezuela), a pesar de los problemas de inseguridad en ese país, porque no quieren que los secuestren ni que los extorsionen las bandas criminales, pues a ellos sí les piden millones”, comenta un comerciante.

El 29 de octubre, el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, asistirá a un consejo de seguridad y se espera que se tomen medidas efectivas para enfrentar la nueva violencia que atemoriza a los guajiros.

CRIMINALIDAD

Entrenado para matar. A pesar de sus 14 años, el sicario caleño que mató a Jaimes y Uribe estaba entrenado para matar. Es tal su entrenamiento que, gravemente herido, le mintió a las autoridades y dio dos nombres falsos. El homicida sigue recuperándose.

“Extorsiones a guajiros las hacen desde la Modelo de Barranquilla”

Coronel Héctor Cruz, comandante Policía La Guajira.

RIOHACHA.

Además de las extorsiones que las bandas criminales están haciendo directamente a tenderos y otros comerciantes de esta capital y Maicao, la Policía Nacional descubrió que las intimidaciones telefónicas también se hacen desde de la cárcel Modelo de Barranquilla.

El coronel Héctor Cruz Rocha denunció que el hallazgo lo hicieron hace tres meses. “Los delincuentes utilizan alias como Walter, Carlos, Javier, Mauricio, el del narcotraficante Pablo o el del comandante César para intimidar a sus víctimas”, indicó el oficial.

EL HERALDO conoció que investigadores de la Sijín detectaron que los celulares utilizados para las extorsiones son: 3135279625, 3017290611, 3017081328, 3003645988, 3104503699 y 3014356565.

De acuerdo con las investigaciones, los delincuentes hacen las llamadas durante las horas en que están en el patio de la cárcel, es decir de 8 a.m. a 12 p.m. y de 2 a 5 p.m., reveló el coronel Cruz Rocha.

Para confundir a sus víctimas, una vez hacen la llamada los reclusos apagan los celulares. Otra estrategia, para hacerles creer que se encuentran en un lugar distinto a una cárcel, es que utilizan ringtons —sonidos de celulares— que simulan el canto de un gallo o el llanto de un bebé, entre otros.

Las investigaciones están encaminadas a establecer con nombre propio quiénes son los delincuentes que encabezan estas extorsiones.

Es casi seguro de que en ellas participan ex paramilitares que se encuentran en la Modelo y ahora actúan como miembros de bandas emergentes. Asimismo, existe la sospecha de que lo han hecho miembros de la banda Los 40, que en el pasado prestaron sus servicios sicariales para el cobro de extorsiones al Bloque Norte del paramilitarismo, que comandó Rodrigo Tovar Pupo o alias Jorge 40.

Además de la Modelo, a los extorsionados también les han hecho llamadas de la cárcel de Palo Gohttp://www.blogger.com/post-create.g?blogID=1811220907807502304rdo, en Girón (Santander).

lunes, 11 de octubre de 2010

Cifras de indígenas muertos en el país no ceden

En lo corrido del año al menos un centenar ha fallecido a manos de grupos armados ilegales.
Así lo denunció la Organización Nacional Indígena (Onic).

Luis Evelis Andrade, director de la Onic, señaló que guerrilleros, ex paramilitares, narcotraficantes y miembros de las Fuerzas Militares "no entienden" su decisión de ser autónomos.

"Nuestro silencio lo interpretan como respaldo al bando enemigo y nos asesinan", señaló Andrade. También denunció que los indígenas "siguen siendo reclutados "a la fuerza por los violentos".

Según el colectivo étnico, el año pasado al menos 114 indígenas fueron víctimas de homicidios. Ante la gravedad de las cifras, hace dos meses el Sistema de Naciones Unidas en Colombia alertó sobre el peligro de extinción de varios pueblos indígenas y le pidió al Gobierno protección para ellos.
http://www.eltiempo.com/justicia/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-8111025.html

lunes, 4 de octubre de 2010

Las resistencias de las mujeres en el Caribe colombiano en una exposición

Esta es una exposición sobre mujeres inmersas en el reciente conflicto armado colombiano. Sus relatos, intentan hacer de sus experiencias un legado de resistencia y muestran cómo las mujeres son sujetos políticos dentro y fuera de la guerra. Las fotografías, objetos, dibujos y registros que conforman “Huellas y memorias de la guerra: resistencias de las mujeres en el Caribe colombiano” se podrán visitar hasta el 30 de enero de 2011 en la Sala de Exposiciones Bibliográficas de la Biblioteca Luis Ángel Arango. La entrada es gratuita


Rosa, Piedad, Yolanda, María, Magola, Carmen, Isabel, Débora, Telemina, Remedios, Soraya, las Mujeres Unidas de El Salado, Mercedes, María del Rosario, Mujeres de Mampuján… cada nombre es una historia que reproduce miles de historias y memorias de muchas voces. Mujeres que mantienen comunidades y familias: madres, esposas, hijas, viudas, huérfanas, maestras, líderes comunitarias o políticas a quienes el conflicto armado involucró. Si bien muchas mujeres hacen parte del conflicto como integrantes de redes armadas, también son las impulsoras de iniciativas de resistencia a la guerra.

Esta exposición parte de sus historias para narrar realidades más amplias: el impacto de la guerra reciente sobre sus vidas y las de sus comunidades en Guajira, Córdoba, Magdalena y Montes de María. “En el país muy poco se debate sobre las maneras cómo la violencia pública se entronca con la privada. ¿Qué ocurre por ejemplo con las mujeres que habitan zonas con una alta presencia de desmovilizados? ¿Éramos un país pacífico, de amables relaciones en el ámbito doméstico, antes de que se desatara la violencia? ¿Por qué nos cuesta tanto pensar en las articulaciones y engranajes entre costumbres privadas y patrones sociales públicos?”, subraya María Emma Wills, líder del Área de Memoria Histórica de la CNRR (Violencia contra las mujeres y representación política. El Espectador, 2008).

La exposición trata de construir un contexto regional para comprender las dinámicas y diferencias entre las poblaciones, enfatizando casos emblemáticos. Se realiza en el marco del lanzamiento de dos informes del Grupo de Memoria Histórica: La masacre de Bahía Portete: mujeres wayuu en la mira y La memoria histórica del conflicto desde las mujeres: conceptos y ruta metodológica. Las fotografías de Jesús Abad Colorado, objetos testimoniales y documentos, hacen énfasis en la destreza y persistencia de las mujeres para reconstruir sentidos de vida y dar cuenta de otras violencias que viven por fuera del conflicto armado.